miércoles, marzo 21, 2007

Otegui no puede escapar de la Justicia, pese a la fiscalia

Otegi no puede escapar de la Justicia, pese a la fiscalía
Elsemanaldigital.com

21 de marzo de 2007. El líder batasuno Arnaldo Otegi se expresó en julio de 2001, durante un homenaje a la etarra Olaia Castresana, en términos que la Fiscalía consideró entonces como un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo. En aplicación de las leyes vigentes, Otegi debe ser juzgado por la Audiencia Nacional –que se ocupa de este tipo de delitos-, ante cuya Sección Cuarta de lo Penal debería comparecer hoy miércoles a las diez y media de la mañana. El ex etarra se enfrenta a una petición de 15 meses de cárcel.
Sin embargo, Otegi parece tener amistades al más alto nivel. Fue llamado "hombre de paz" por el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, y la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que depende del Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido –es decir, del Gobierno-, interpuso anteayer lunes un recurso de súplica para que se suspenda la vista. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, adujo la existencia de ciertos incidentes procesales, que le obligarían a rehacer su escrito de acusación y a pedir nuevas pruebas, para pedir al tribunal un aplazamiento.
En términos políticos –ya que la Fiscalía es un órgano del Poder Ejecutivo, y no del Poder Judicial- lo que Zaragoza pide (infructuosamente, al final) es que Otegi no sea juzgado, ni condenado, ni encarcelado, al menos de momento. Es una manifestación más del rumbo del Gobierno: uno no encarcela a su interlocutor privilegiado, a la persona con la que quiere desarrollar un "proceso de paz". Y esa relación existe, de manera explícitamente reconocida por ambas partes, entre el Gobierno del PSOE y el entramado ETA-Batasuna. Un Otegi juzgado y condenado sería una mala noticia para Zapatero, que cifra en esa persona y en otras similares muchas esperanzas políticas.
Ya a comienzos de esta semana los magistrados rechazaron la pretensión de Jone Goirizelaia, abogada de Otegi, de aplazar la vista "a fin de determinar quiénes son las personas que van a acudir a la celebración del juicio". La lógica jurídica –la de los jueces- impone que Otegi sea juzgado y tenga un juicio justo e imparcial en el seno de un Estado democrático. La lógica política del Gobierno convierte a Otegi en un personaje que parece estar por encima de las leyes.
No hay que dejar de recordar que ETA es una organización ilegal y terrorista, y que Batasuna es, por sentencia firme, un partido ilegalizado por ser parte de esa misma banda. Otegi no es un representante político, porque no tiene un mandato popular y no es líder de ningún partido. Si las pistolas de ETA lo convierten en un interlocutor del Gobierno y en un privilegiado ante los tribunales estaremos asistiendo a una derrota del Estado de Derecho. De Zapatero y su fiscalía depende la seguridad jurídica del conjunto de los ciudadanos.

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