martes, marzo 20, 2007

Lo del catálogo pornografico y blasfemo

Lo del catálogo pornográfico y blasfemo
Rafael González Rojas

20 de marzo de 2007. Hay que insistir en lo del catálogo pornográfico y blasfemo publicado a expensas de la Junta de Extremadura, cuyo presidente es esa "persona que habla más de lo que aconseja la discreción" (ver DRAE, artículo bocazas). Como todos los de su condición expresiva, algunas veces el señor Rodríguez Ibarra acierta. Yo lo tengo comparado con el Gallo, Rafael, el de las célebres espantás. Cuando cuajaba un toro, según la historia de la tauromaquia, ni aquella genial e insuperable pareja que formaron su hermano José, Joselito, y Juan Belmonte, el Pasmo de Triana, podía superarle. Pero cuando daba la espantá, tampoco Curro Romero, en sus más deplorables tardes, le hubiera superado. Pues así el señor Ibarra, que a veces ha tenido celebrados pronunciamientos. Pero con la edición por la Junta de Extremadura del libro de fotografías Sanctorum, en el que aparecen desnudos o practicando sexo Jesucristo, la Virgen María, San Juan de la Cruz y el arcángel san Gabriel, los católicos andamos muy enfadados, o dolidos, según el natural de cada cual. La publicación incluye además escatológicos usos de símbolos sagrados del catolicismo. El autor de esa obra es un fotógrafo llamado José A. Montoya (no sé si de la casa de los Montoya, la que tembló pero no cayó, que canta Meneses). Desde luego, el que no templó fue él, Montoya, cuando declaró en televisión que no iba contra los creyentes, sino contra la mismísima religión católica. Los obispos españoles, como es natural, han protestado y exigen el respeto de la fe católica, de sus imágenes y de sus signos, y consideran que estas imágenes transgresoras lesionan "los derechos de los católicos y de la Iglesia", reconocidos por la Constitución Española dentro del derecho a la libertad religiosa. Y afirman que "es necesario que se pidan las responsabilidades correspondientes por las vías pacíficas y legales previstas en el ordenamiento de nuestro Estado democrático y de derecho". Las infames imágenes, que se ha prestado a prologar el consejero de Cultura de la Junta, candidato del PSOE a la alcaldía de Badajoz, un tal Muñoz, no sólo ofenden a los católicos sino a toda la sociedad, que tiene en la esencia de su identidad la cultura católica. Nadie desea censurar a nadie, y menos a la creatividad, sea o no artística. Pero el derecho de expresión, como todos los derechos, tiene sus límites en el punto mismo donde comienzan los derechos de los otros. No respetarlos es puro avasallamiento. Así que a ver si espabilamos. El relativismo moral impulsado desde el poder político –y el catálogo de fotos pornográficas de Extremadura no es más que uno de los muchísimos ejemplos que podrían invocarse- puede continuar, va a continuar, profiriendo otras ofensas. Y no podemos consentirlo. Nada de represión visceral, nada de venganza. Las armas más eficaces, únicas admisibles en democracia, son las leyes –en este caso las penales- y las urnas. Unas nos pueden permitir sancionar a los delincuentes, y las otras evitar que las políticas indignas no alcancen ningún órgano de poder político.

No hay comentarios: