miércoles, marzo 21, 2007

Kepa Aulestia, Retroactividad

jueves 22 de marzo de 2007
Retroactividad
KEPA AULESTIA

La afirmación de Arnaldo Otegi de que «sería un error construir un Estado independiente desde la lucha armada» es el envés de la defensa de la violencia como método para remover los obstáculos que se interponen en el camino hacia ese mismo Estado independiente. No se trata de ninguna contradicción, sino de la expresión de una dualidad que tanto ETA como la izquierda abertzale viven con naturalidad. Al fin y al cabo, según su propio discurso, ETA nunca ha deseado hacer lo que ha hecho, sino que se ha visto obligada a ello. Este reflejo cínico tiene su variante estratégica cuando sus intérpretes más cercanos vienen a indicarnos que no sería inteligente construir el Estado de la Euskal Herria unificada e independiente a base de atentados. Porque presumen que para cuando eso sea posible, es decir, cuando la voluntad de la sociedad entera haya cambiado, ya no será necesario ni conveniente echar mano del terror. Conviene leer a ETA y a Batasuna en su literalidad, pero teniendo siempre en cuenta lo que vienen haciendo y diciendo, y percatándose sobre todo de aquello que podrían decir y no dicen.Algo parecido ocurre con la diferencia entre la condena y el rechazo del terrorismo como exigencias dirigidas a la izquierda abertzale. Sus dirigentes alegan que nunca condenarán la violencia porque se trata de una consideración moral que no corresponde a su papel. Y han recordado recientemente que sí rechazaron el atentado del 11-M. Pero cuando distinguen entre la naturaleza moral de la condena y la más terrenal del rechazo tratan de ocultar la verdadera causa de su negativa a la condena: su universalidad y su retroactividad. La izquierda abertzale nunca condenará la utilización de la violencia porque ello supondría enjuiciar toda la trayectoria de ETA. Ese es el sentido que adquiere lo moral cuando los portavoces de Batasuna se refieren al terrorismo etarra, puesto que los mismos dirigentes que se resisten a emplear el citado término lo han utilizado desde siempre para referirse a esas otras 'violencias' con las que justifican su conducta. Frente a la ineludible retroactividad de la condena, el rechazo permite valorar hechos del presente o eventuales acontecimientos futuros sin por ello comprometer su juicio respecto a conductas anteriores. Claro que, por ahora, la izquierda abertzale no ha rechazado ningún atentado cometido por ETA. Y resulta muy dudoso que lo haga. Más fácil sería que ETA decidiera no dar más razones para que se le requiera a la izquierda abertzale, si no la condena, si cuando menos el rechazo de un eventual atentado. En definitiva, antes será ETA la que renuncie a la violencia que la izquierda abertzale la que rompa con ETA o, simplemente, rechace una de sus actuaciones.

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