jueves, marzo 01, 2007

Juan Carlos Girauta, Comunicaciones especiales intimas

viernes 2 de marzo de 2007
Opinión
Comunicaciones especiales íntimas
Juan Carlos Girauta

Han ilustrado a pedir de boca aquella diferencia que tanto preocupaba a Camilo José Cela entre estar jodido y estar jodiendo. Creían los más que el asesino se encontraba en el primer estado, y hasta lo compadecían. ¡Y resulta que estaba en el segundo!

Blanco es un fenómeno, un as del humor. Su último gag, el de Clos teniendo una intuición sobre finanzas internacionales, opas, fusiones y adquisiciones –o cualquier otro asunto que requiera conocimiento especializado– ha provocado la carcajada colectiva más sonora desde que Cebrián escribiera clítorix.
No sólo los asistentes al desayuno lúdico-informativo se atragantaron, se revolcaron, se convulsionaron, se desternillaron y estuvieron a punto de perecer. La catarsis risoterapéutica contagió a banqueros, inversores, taxidermistas, presos y colegialas. España toda, como un solo hombre, se puso a darse golpes en el pecho con el borde de la mano abierta.
"España se parte", concluyó el tripartito con razonada alegría. A ver si al final el semen aquel acaba dando un bastardillo energético por vías inesperadas. Por do más pecado había. Por el Gobierno italiano, sin ir más lejos. El gag de la intuición financiera de Clos multiplica su eficacia al saber la audiencia que los dos gobiernos habían mantenido –antes de que se pronunciara el ministro pitoniso– una comunicación especial íntima.
Trátase ésta última de una institución esencial para favorecer, para lubricar relaciones socio-políticas, para penetrar los problemas hasta el fondo y para verter las semillas del éxito.
Hay variantes, como las comunicaciones especiales íntimas mantenidas por De Juana y su novia, que no sólo han contribuido a calmar y humanizar al matarife; también han revolucionado la política penitenciaria. Y han ilustrado a pedir de boca aquella diferencia que tanto preocupaba a Camilo José Cela entre estar jodido y estar jodiendo. Creían los más que el asesino se encontraba en el primer estado, y hasta lo compadecían. ¡Y resulta que estaba en el segundo!
Despega ya el pajarraco hacia la libertad, entre aplausos que suben de las cloacas y bajan de los palacios. Y lo hace, cómo no, gracias a las comunicaciones especiales íntimas que mantiene el Gobierno con la ETA.
La práctica permite –como observaría Woody Allen– conocer gente. Pero es que, además, el flujo de información aumenta, los canales se abren, los conductos se ensanchan. En fin, que une mucho a los comunicados. Por eso el Gobierno ha intentado hacernos a todos una comunicación especial íntima soltando a De Juana. Pero Rodríguez no tiene orientación, pues por mucho que insistamos en que esa no es la vía adecuada, él sigue empeñado en atacar por donde no debe. El perverso.

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