viernes, marzo 09, 2007

El PP debve pensar en el dia despues de la manifestacion de Madrid

El PP debe pensar en el día después de la manifestación de Madrid
Eduardo Arroyo

Sacar a la calle a la gente para conseguir que un asesino como De Juana vuelva a la cárcel es fácil. Pero los populares tienen que enfrentarse también a otros frentes del Gobierno ZP.

10 de marzo de 2007. La manifestación de hoy, convocada por el PP, será sin duda un éxito. La izquierda agrupada alrededor del PSOE hace muy mal en creerse su propia propaganda: no es solo el PP quién se manifiesta. Por una razón o por otra, existe una cantidad creciente de españoles descontentos por la manera en que se está haciendo las cosas. El triste majadero De Juana, cuya relevancia solo le viene de ser un asesino en serie, es solo la gota que ha colmado el vaso. De la misma manera que cuando barrios enteros manifiestan su rechazo a la inmigración, cierta clase político-mediática pretende ahogar la crítica en la demagogia fácil de la "xenofobia", ahora El País –portavoz del comité central de Prisa- se empeña en convencer a la gente de que se trata de una maniobra del PP.No es la primera vez que esto sucede. En el pasado, Alfredo Pérez Rubalcaba, rodeado de los micrófonos de los principales medios de comunicación, no tenía ni el más mínimo recato en afirmar, con esa serenidad de iluminado y su cinismo sin par, que el GAL era un invento de "la derecha" para atacar al Gobierno. Ese error se pagó con la derrota en las urnas. En vez de culpar a terceros, quizás hubiera sido mejor una sencilla autocrítica, de esas que la gente normal echamos tan en falta en los políticos.Pero esto no es lo más importante. Lo que realmente es importante es saber si el PP estará a la altura de lo que demanda cada vez más gente. Es fácil patalear por una causa clara como que un asesino de veinticinco personas no puede irse a su casa con dieciocho años cumplidos y un chantaje victorioso al Estado de derecho. Pero otras causas necesitan también defensores. Por ejemplo, la imposición del adoctrinamiento planeada por esa comisaria política investida de ministra, llamada Mercedes Cabrera, va a obligar por ley a los colegios católicos a enseñar una doctrina contraria a su propia doctrina. Que conste que quien esto escribe está en contra, por diversas razones, de hacer política con la confesión religiosa, pero clama al cielo que después de llenarse la boca con la evocación constante de "las libertades" y el "derecho", ahora parezca la mar de normal que el propio Estado imponga una receta doctrinaria a los propios padres de los educandos.¿Qué hace el PP al respecto? Pues nos dicen que ha tenido lugar en la sala de grados de la Universidad Complutense una mesa redonda sobre "Educación para la ciudadanía", donde han intervenido Jaime Urcelay, presidente de la asociación Profesionales por la Ética, y Eugenio Nasarre, diputado del Partido Popular. Mientras que, al parecer, Urcelay estuvo soberbio, Nasarre consiguió llenar de asombro a los asistentes al manifestar que su partido acepta la educación para la ciudadanía pero con reparos y, por supuesto, no contemplan el recurso de inconstitucionalidad. En el lenguaje torticero de los políticos esto significa que no van a hacer absolutamente nada. La consecuencia es que el brainwashing diseñado por Mercedes Cabrera se impondrá y así el Estado, con los impuestos de todos, podrá incubar varias generaciones de majaderos de la izquierda radical. A juzgar por las noticias que recibimos y por increíble que parezca, en el PP no consideran un peligro estratégico la imposición por ley del lavado de cerebro, a la que hay que hacer frente con todos los recursos disponibles. Los que ponen sus esperanzas en el PP como tabla de salvación para ejercer el derecho a transmitir a sus hijos aquello en lo que ellos a su vez se educaron se verán de nuevo en la más absoluta frustración. Está claro que en la calle Génova no se recuerda ya la manifestación, no menor que la de hoy, en defensa de la familia y por el derecho a la educación.Así que los que crean que la excarcelación de De Juana es un hito deberían de reconsiderar todo de nuevo. Al fin y al cabo, si no hubiera hecho su célebre huelga de hambre hubiera salido poco tiempo después, gracias a una legislación superpermisiva con los terroristas que ningún Gobierno, de izquierdas o derechas, quiso cambiar. Por todo ello creemos que es importante preocuparse, no por un éxito ya asegurado, sino más bien por lo que vendrá después. Y si el PP no responde a ese movimiento de españoles disgustados, éstos, antes o después, buscarán otro cauce, un cauce que pueden estar seguros de que no gustará nada a la clase política.

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