jueves, marzo 22, 2007

Edurne Uriarte, Vodevil

jueves 22 de marzo de 2007
Vodevil
POR EDURNE URIARTE
Los terroristas odian al estado. Lo retan. Lo atacan. Lo temen. Huyen de él. Es la historia de ETA y de nuestro estado democrático y conocemos todas las fases. Incluso tememos el peor final, la derrota del Estado. Pero lo que desconocíamos es lo que vivimos ayer, el show de los terroristas que se ríen del Estado. Y que representan el vodevil de las nieves de Burgos y el regreso a Elgoibar con una desfachatez cuyos efectos humillantes en los ciudadanos españoles sólo han podido ser mitigados por la firmeza de los jueces de la Audiencia Nacional.
Otegi trató ayer a la Audiencia Nacional como los niños a sus colegios en días de nevada. Unos cuantos montones de nieve y se volvió a Elgoibar a jugar al parchís como los escolares a casa en días de coartada blanca. Y que los jueces y los directores de colegios se hagan cargo.
Porque hay días en que a uno no le apetece salir de casa. Sobre todo si le espera una clase de matemáticas o un juicio por enaltecimiento del terrorismo y la cárcel a la vuelta de la esquina. Y es que con esto del "proceso de paz" la clase de matemáticas y el juicio por enaltecimiento del terrorismo han acercado posiciones. En cuanto a respeto. O eso le ha parecido a Otegi.
Y se lo ha parecido porque le han dado a entender que él y el grupo terrorista que representa son interlocutores políticamente imprescindibles para el director del colegio de esta nevada que es el presidente del Gobierno. Ayer, mientras su interlocutor se reía abiertamente del Estado entre Miranda de Ebro y Egoibar, Zapatero reprochaba irritado a Rajoy su insistencia en la política antiterrorista. Como si uno de los gravísimos efectos de su negociación, la legitimación de los terroristas, no se estuviera produciendo en esos momentos ante la mirada atónita de todos los españoles. Y como si él no tuviera nada que ver...
Nota: Este artículo fue escrito antes de las 21,30 de la noche. Se refería al vodevil etarra. Pero a esa hora supimos que el Estado, es decir, la fiscalía siguiendo órdenes del Gobierno, se había sumado al vodevil. El vodevil de los párrafos anteriores ha pasado a ser un asunto menor. Ayer hubo otro mucho más grave.

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