jueves, marzo 08, 2007

Chivite, El patio interior

viernes 9 de marzo de 2007
El patio interior
F. L. CHIVITE f.l.chivite@diario-elcorreo.com

Toda nación tiene su propia manera de avergonzar y entristecer a sus ciudadanos. Un estilo peculiar y más o menos inimitable de contribuir a la historia universal de infamia. Supongo que, en ese sentido, todas las naciones pueden llegar a ser repugnantes hasta extremos insospechados para sus nuevas generaciones. Y supongo también que no hay generación que se libre de averiguar de un modo u otro hasta qué punto puede llegar a ser lamentable la ignominia de la patria. Echo un vistazo desganado al patio interior de la política nacional y observo a mis queridos y nunca suficientemente bien ponderados representantes legales sacando a pasear toda su bajeza para avergonzarme ante el universo una vez más. Y pienso: esto ya me lo sé. Es el mismo esperpento de siempre. El mismo olor a puré de habas. El mismo hedor subiendo desde el sumidero atascado. La misma grasa nacional chorreando por las paredes. Conociéndonos (porque eso es lo propio del patio interior: que todos nos conocemos de antiguo y conocemos las miserias de nuestra historia hasta la saciedad), era fácil prever que el caso De Juana Chaos acabaría alcanzando el clímax. Digamos sencillamente que confluían en él los suficientes detalles desagradables como para que no pudiéramos dejar pasar semejante ocasión de poner en evidencia una vez más nuestra inveterada habilidad para salpicarnos de mugre y amargarnos la vida. No deja de ser, sin embargo, curioso, que haya sido este De Juana Chaos el que haya llegado a convertirse en el símbolo de todo-lo-peor. Y a la vez en el icono mediático de ETA. Hijo y nieto de militares franquistas, nacido en Legazpi porque su padre fue médico de empresa de Patricio Echeverría. Un individuo ególatra y narcisista, que ni siquiera en ETA era querido por su afán de protagonismo y su inclinación a alzar la voz para decir chorradas. Es curioso y paradójico, repito, que de repente ahora sea él la estrella del patio. El agujero negro en el que la fatalidad ha querido que confluyan los despropósitos políticos y judiciales, el márketing fotográfico, el uso publicitario de su huelga de hambre y la irrupción de la irracionalidad nacional en el Parlamento y en las calles. El otro día, en una de las manifestaciones organizadas por el PP ante las sedes del PSOE, las cámaras enfocaron una pancarta en la que se leía: 'Zapatero Anticristo'. No me lo invento. En fin, pese a todo, uno no puede menos que sonreírse un poco y negar con la cabeza en silencio, confiando como siempre en que la dinámica de la estupidez no llegue a mayores. La especie humana se define como racional, pero eso es sólo el calificativo. Porque lo sustantivo, ya saben, es que somos animales. Es un hecho observable.

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