Canon de la discordia

martes 20 de marzo de 2007
Canon de discordia

El millón de firmas en señal de protesta recabado por la plataforma 'todoscontraelcanon.com', que agrupa a consumidores, patronales de tecnologías de la información y asociaciones de internautas, refleja las fuertes reticencias que despierta la imposición de un nuevo gravamen a los dispositivos que permiten almacenar y reproducir contenidos digitales. La iniciativa pretende presionar al Gobierno, que se había dado de plazo hasta el 27 de marzo para intentar conciliar las posiciones de quienes se oponen al establecimiento del canon y de los propietarios de los derechos de autor, los cuales creen menoscabados sus intereses por la proliferación de la piratería ilegal. Si el desencuentro persiste, será el Ejecutivo el que determine por qué soportes debe pagarse una compensación y de qué cuantía. Dado que esa decisión no satisfará, previsiblemente, a ninguna de las partes concernidas, éstas deberían esforzarse en buscar un acuerdo que ayude a solventar un dilema que pone en colisión el necesario respeto a la propiedad intelectual y la comprensible exigencia de los usuarios para que no se les penalice en sus compras con pagos adicionales.En un país donde se descargan de la red más de 30 millones de películas al año, es una evidencia que el combate contra la piratería no consigue reparar totalmente el perjuicio que sufren los creadores. Pero cabe preguntarse si la compensación que percibirán con los nuevos gravámenes no alentará las copias ilegales, en vez de retraerlas, con el efecto distorsionador añadido de ralentizar la extensión de la sociedad de la información. El consenso es preciso porque los autores, el mundo de la industria y los consumidores se necesitan mutuamente, para lograr el reto intangible de proteger la producción cultural de prácticas ilegales haciéndola accesible para el conjunto de la ciudadanía.