Zapatero, el aliado irrelevante
Jueves, 23-10-08
LA crisis desatada a propósito de los intentos del Gobierno socialista de participar en la reunión sobre la crisis financiera mundial no tiene precedentes en ningún país serio. La mas elemental prudencia habría aconsejado manejar este asunto con discreción y sensatez, dejando abiertas todas las posibilidades para poderse acoger en su momento a la solución más conveniente y pragmática. Sin embargo, el presidente del Gobierno ha quedado en una posición que le obliga a hacer todos los malabares diplomáticos necesarios para ser invitado al final -lo cual no parece nada fácil- y, en caso de que lo consiguiera, a demostrar en la reunión que tanto empeño se debía a que tiene algo muy importante que decir.
El Gobierno ha conducido esta situación como si quisiera hacernos creer que en estos momentos de grave incertidumbre económica, los principales países del mundo estuviesen pensando que lo esencial es saber si Zapatero asiste o no a la reunión de Nueva York, cuando, en realidad, lo que no se puede disimular es que este movimiento es la expresión más evidente de la vacuidad de una política exterior que ha alejado a España de los puestos de influencia. Efectivamente, la cumbre la promueve Sarkozy -empeñado en que esta histórica cita figure dentro de su semestre de presidencia europea-, pero la ha dejado en manos de Estados Unidos, donde para entonces no se habrá producido el relevo presidencial y el anfitrión oficial aún será el presidente George W. Bush, con el que Rodríguez Zapatero no ha podido cruzar más de diez palabras en cinco años. Las minutas del primer viaje del ministro Moratinos a Washington que publicamos hoy en exclusiva hacen que sobre cualquier explicación: la forma traumática con la que se produjo la retirada de Irak ha determinado la consideración que ha merecido la figura del presidente del Gobierno. El Ejecutivo cree que las cosas cambiarán automáticamente si es elegido Barack Obama, pero resulta muy revelador constatar que, según este documento, las críticas «mas contundentes» las expuso Joseph Biden, que hoy es el candidato a la Vicepresidencia del senador por Illinois, lo que sirve, de paso, para constatar que el aspirante demócrata actuaba a ciegas cuando se atrevió a mencionar a Zapatero en los debates con John McCain. El Gobierno socialista tal vez podría haber mejorado su imagen de haber sido un contribuyente más activo en Afganistán, o si hubiese mantenido su promesa de seguir apoyando a los demócratas en Cuba, pero, en vez de eso, multiplicó sus gestos divergentes cada vez que ha tenido oportunidad.
Pese a ello, no todo lo que sucede ahora lo explica la posición del Gobierno sobre el conflicto de Irak. No hace tanto que el propio Zapatero estuvo cultivando su aislamiento en Europa al bromear con que había superado a Italia en potencia económica y jactándose de los temores que, según él, sentían en Francia ante el inmimente adelantamiento por parte de España. Su único apoyo en estos momentos es el del laborista Gordon Brown, que se ha quedado solo como portavoz de la socialdemocracia y no ha encontrado a otro aliado que pueda representar a un país con cierto peso en el mundo. Y en esto, al menos, no se equivocan ni Zapatero ni Brown: España es un país cuyas dimensiones y potencial lo legitiman para reclamar un puesto en esta conferencia. Lo malo es que el Gobierno recoge ahora los frutos de la política exterior que ha cultivado, basada en criterios que le conducen permanentemente a la irrelevancia. Y, por si fuera poco, sabiendo de lo que se va a tratar en la reunión, es legítimo poner en duda la capacidad de aportar alguna contribución objetiva a la discusión por parte de un Gobierno que ha asistido al descalabro financiero sin mover ni una coma en sus planes presupuestarios para el año que viene.
http://www.abc.es/20081023/opinion-confidencial/zapatero-aliado-irrelevante-20081023.html
miércoles, octubre 22, 2008
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