miércoles, octubre 22, 2008

Ramon Sanchez, ¿Hasta cuando aguantará la ciudadania?

jueves 23 de octubre de 2008
¿Hasta cuándo aguantará la ciudadanía?

Ramón Sánchez

D ÍA a día aumenta mi convencimiento de que España se ha convertido en un país de mansos y pastueños capaces de aguantar circunstancias, personajes y decisiones que suponen varapalo tras varapalo para el normal discurrir de sus vidas. Porque no es sólo la tan cacareada crisis económica que el Gobierno se empeñó en desmentir una y otra vez hasta que no tuvo más remedio que reconocerla, sino todo lo que la rodea.

En primer lugar, no es de recibo que Rodríguez Zapatero (eludo situar por delante lo de ‘señor’ porque, desde mi punto de vista, no se ha hecho acreedor a ello) haya tomado una serie de medidas que benefician únicamente a la Banca, obviando al españolito de a pie. Lo que deberían haber hecho los políticos, comenzando por el presidente, es dar ejemplo de austeridad. Sin embargo, su proceder ha sido justo el contrario.

¿Cómo es posible que Zapatero tenga la friolera de 664 asesores? ¿Asesores de qué? ¿Por qué no se hacen públicos sus nombres y el cometido que desempeñan? La conclusión, a juzgar por los resultados, es una de dos: o asesoran muy mal o se trata de un plantel de ‘enchufados’ que no da un palo al agua.

Por si fuera poco, yendo al bando contrario, nos encontramos con que los altos cargos del Ayuntamiento de Madrid, incluidos los de la oposición, se han subido los sueldos un 11’76%, posiblemente debido a que los que han disfrutado hasta ahora (107.362 euros anuales el ‘faraón’ Ruiz-Gallardón, 103.068 para el vicealcalde Manuel Cobo, 96.626 para los ediles...) no les permitían llegar a final de mes. Pero, eso sí, han confirmado que los nuevos honorarios quedarán congelados en 2009. ¡Menos mal!

Continuando con el consistorio madrileño, se anuncian subidas por doquier. Ahí está, sin ir más lejos, la nueva tasa de basuras y la amenaza de multas de hasta 750 euros a aquellos vecinos que no reciclen las mismas; los 3.000 euros que tendrán que pagar los que dejen los coches viejos abandonados (además de una cuota diaria), los 1.500 que deberán abonar quienes no recojan las deyecciones de sus perros, etcétera, etcétera. Con el ‘crash’ urbanístico, hay que sacar dinero de donde sea. ¿Y quienes pagamos? Los de siempre.

Las Autonomías, saludadas alborozadamente de forma especial por los beneficiados, que han sido muchos, se han convertido en un saco sin fondo. Así, los 600.000 funcionarios que había en 1976 se han convertido en los tres millones de la actualidad. ¿Y funcionan las cosas mejor con este aumento? Ni mucho menos. Más bien todo lo contrario, ya que la burocracia se ha multiplicado. Igual que se han multiplicado los gastos de la Moncloa desde que Rodríguez Zapatero sustituyó a Aznar.

Y a todo esto, ¿qué dicen los sindicatos? Absolutamente nada. Se arriman al sol que más calienta y, fieles a los dictados del que manda, ‘liberan’ a numerosos afiliados para que, en lugar de trabajar (muchos de ellos en organismos oficiales) se dediquen a boicotear los actos en los que intervienen políticos del signo contrario. Y conste que conozco más de un caso. Ese es su trabajo (!).

Creo sinceramente que el partido que nos desgobierna debería pensar seriamente en cambiar de nombre, ya que le sobran varias letras de sus siglas, puesto que no es Socialista (en todo caso socio-listo), ni Obrero ni Español.

Estoy convencido de que si esta situación se hubiera producido hace 30 años, esa juventud mileurista que no puede abandonar el hogar paterno por falta de medios y los obreros cuya situación laboral es de lo más inestable cuando no inexistente, se habrían echado a la calle organizando más de una huelga general. Ahora, el español se ha vuelto acomodaticio, reservón y cobarde.

Lo dicho, somos un pueblo de mansos y pastueños que aguantamos lo que nos echen.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4875

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