miercoles 16 de enero de 2008
Jugada maestra de Rajoy
Incorpora al defensor de los accionistas de Endesa y resuelve el «enigma Gallardón»
La elección de Manuel Pizarro
como número dos de Mariano
Rajoy en la candidatura
por Madrid y el descarte de
Gallardón es una audaz decisión del
presidente del PP que le permite alcanzar,
tanto de manera directa como
de carambola, varios objetivos fundamentales.
El primero de ellos es poner
rostro al programa económico del PP,
que tras la salida de Rato no encontró
un sucesor con su prestigio e imagen
pública. La irrupción de la crisis económica
en la precampaña electoral ha
revalorizado el papel de los gestores
económicos, como demuestra que
Zapatero haya forzado la prórroga
de Pedro Solbes y le haya concedido
plenos poderes con la intención de
calmar la ansiedad de los ciudadanos
y los mercados.
La réplica de Rajoy ha sido brillante.
Frente al ministro de Economía de
Zapatero, que no ha sido capaz de
anticiparse a la crisis, el presidente
del PP propone a uno de los gestores
empresariales más reconocidos del
empresariado español y, en especial, a
uno de los más incorruptibles. Manuel
Pizarro gestionó con acierto Endesa,
que es una de las primeras empresas
de España. Pero, sobre todo, supo defender
con uñas y dientes los intereses
del millón de pequeños accionistas
frente a las presiones de corte totalitario
por parte del Gobierno socialista.
Pizarro no se enfrentó a Gas Natural o
La Caixa, que como empresas privadas
aspiraban a obtener más a menos precio,
sino al Gobierno de Zapatero, que
pretendía pagar su apoyo a los nacionalistas
catalanes con el dinero de los
accionistas de Endesa. El empresario
aragonés resistió la cacicada y tras
sufrir un acoso brutal e insultante,
logró el objetivo que se propuso: que
los accionistas no fueran timados. En
efecto, Endesa acabó siendo adquirida
por Enel y Acciona por el doble del
precio que pretendía Moncloa. Hoy,
un millón de accionistas y sus familias
no olvidan quién defendió sus ahorros
y quién pretendió malbaratarlos. Hoy,
Manuel Pizarro es el número dos, tras
Rajoy, de la lista del PP por Madrid. Y
enfrente, en el PSOE, el número dos
tras Zapatero, va el ministro de Economía
que pretendió esquilmar Endesa.
Por un lado, la honradez, el coraje personal
y la competencia profesional;
por el otro, el oportunismo político,
el relativismo moral y la pretensión
de que la factura la paguen los demás.
Por un lado, el reconocimiento de un
millón de familias, cuyos ahorros defendió
como propios; por el otro, un
partido cuyo secretario de Organización
le llamó ayer «tiburón capitalista
» por haberse opuesto a que el gran
capital se benefi ciara del pequeño
ahorrador.
La segunda decisión importante que
ha tomado Rajoy ha sido rechazar la
oferta de Ruiz-Gallardón y aliviar así la
tensión interna que generaba en el PP
la candidatura del alcalde de Madrid.
Al colocar inmediatamente detrás del
número uno a un personaje indiscutible
y de enorme prestigio, el máximo
dirigente del PP ha desactivado la carga
explosiva que conllevaba colocar a
Gallardón como su delfín. Con lo cual,
perdía interés e intención que fuera
en la lista. Con esta decisión, Rajoy
ha dado una muestra inequívoca de
quién manda y decide en el PP, lo que
a algunos cuadros menos avisados del
partido les producirá cierta tranquilidad.
Por último, el fi chaje de Pizarro
es una buena noticia para la clase
política y para el electorado. El jurista
y empresario aragonés ha renunciado
a elevados ingresos económicos por su
compromiso ético de entrar en política.
¿Cuántos candidatos pueden decir
lo mismo?
http://larazon.mynewsonline.com/cgi-bin/reloc.exe?para=/USEREMAIL/LRA20080116/bmQlrDtJzGKDmI4gsMcjP3DKBNZg0wjk3D/G009.pdf
miércoles, enero 16, 2008
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