jueves 31 de enero de 2008
El torero Zapatero
POR M. MARTÍN FERRAND
LOS «cuatro grandes» de la UE, reunidos en Londres en presencia del presidente de turno de la Unión, han dicho que «el 2008 se presenta como un año lleno de riesgos e incertidumbres» y, simultáneamente, el FMI previene que los efectos más dañinos de la crisis norteamericana se advertirán en Europa. Aunque José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes están enfrascados en sus contradicciones sobre los 400 euros con los que los socialistas quieren comprar nuestro voto, alguien debería llamar su atención. Todavía pesa sobre ellos la responsabilidad del Gobierno y la gravedad del momento aconseja -exige- la toma de medidas que, en lo posible, atenúen los males que se nos vienen encima y pueden quebrar nuestro futuro.
Estamos acostumbrados, en España, en mal uso de la muy precisa terminología taurina, a resolver con una faena de aliño la lidia de los morlacos más difíciles; pero, en esta ocasión, el diestro -que es siniestro- y su peón de confianza para asuntos económicos ni tan siquiera han cogido la muleta. Se hacen ver en el tendido y, mientras el toro de la crisis embiste y causa destrozos, miran hacía otra parte, en busca de su mejor perfil para los carteles electorales. Como participantes en un gran concurso nacional de sandeces van de parida en parida electoral -ocurrencias, las ha llamado Mariano Rajoy- y, lejos de hacer lo que deben, se entretienen en entretenernos.
En presencia de José Manuel Durao Barroso, Gordon Brown, Angela Merkel, Nicolás Sarkozy y (lo que queda de) Romano Prodi -los Big-4, como les llamó ayer la prensa inglesa- demandaron más transparencia en los mercados financieros. ¿Estamos ya en eso? No lo parece. Las prioridades de Zapatero no tienden a coincidir con las de sus colegas europeos y, entregado a la justicia histórica, la paridad y la redención de los menesterosos del tercer mundo -inmejorable causa para otra responsabilidad-, no reconoce lo que se nos viene encima y parece dispuesto a vender su alma al diablo por un puñado de votos que le permitan seguir ejerciendo como gran fantasmón de La Moncloa.
No parece que aquí -¿todavía?- estemos al borde de situaciones tan inquietantes como la del grupo francés Société Générale o el banco británico Northern Rock; pero algo habrá que hacer, a ser posible de modo inteligente, para que las turbulencias presentes no degeneren en catástrofe. De momento lo que se pone en evidencia es un incremento del gasto público, la gran tentación electoral socialdemócrata, que ni tan siquiera se contrarresta con los pregones de alarma del partido monopolista de la oposición, también entregado al encaje de bolillos y otras funciones partidistas. Quizás haya que ir pensando en Ciudadanos y en UPD, los dos partidos emergentes sin tendencia nacionalista y centrífuga que también concurrirán en las legislativas.
http://www.abc.es/20080131/opinion-firmas/torero-zapatero_200801310308.html
jueves, enero 31, 2008
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