miércoles, enero 23, 2008

Urbaneja, Ni panico, ni indiferencia... pintan bastos

miercoles 23 de enero de 2008
Ni pánico, ni indiferencia… pintan bastos

Fernando González Urbaneja
Cuando los noticiarios de las televisiones y radios abren con asuntos bursátiles hay que ponerse a temblar o, quizá, cambiar de dial. ¡Qué cosas dicen! ¡Qué símiles! Los titulares ayer de los diarios iban del hundimiento al pánico, del lunes negro al lunes sangriento. Recomendable sería que en situaciones inciertas, de alta volatilidad, quienes opinaran en público fueran personas con experiencia, por ejemplo, que hubieran pasado por un par de crisis previas para evitar que la emoción les alterara el juicio.
Se notaba en no pocos comentarios un cierto disfrute ante el inminente derrumbe, como si se tratara de otro titanic topando con el iceberg. Y no faltan los aprovechados que arriman el ascua a su sardina sin vergüenza. Ante turbulencias como las del lunes (y las que vengan en las próximas semanas) mirar a los gobiernos es semejante a reclamar la intervención de santa Rita. ¿Qué pueden hacer los gobiernos además de arriesgarse a decir tonterías?

Despojados los gobiernos de la herramienta monetaria que ha sido trasladada, por su delicadeza coyuntural, a autoridades externas, independientes, los derrumbes bursátiles requieren neutralidad política, no hacer ruido y esperar hasta apreciar los daños y las oportunidades.

La Reserva Federal intervino ayer a primera hora con una rebaja del precio del dinero de tres cuartos de punto, algo menos de lo que demanda el mercado concernido por el vendaval pero quizá algo más de lo que manda el manual. La FED aplica una política monetaria beligerante, fija un precio del dinero inferior a la tasa de inflación que significa eliminar las tasas de riesgos. Puede justificarse por la urgencia, pero es ilógico, e incluso demagógico.

El Banco Central Europeo no se ha movido a pesar de que las bolsas europeas han mostrado más volatilidad que la norteamericana. Los objetivos del BCE no son los de la FED, si a ésta se la encomienda velar por la estabilidad y por el crecimiento, al BCE se le exige procurar estabilidad. Y en pro de esa estabilidad hay que ser prudente y sereno.

Esta crisis poco tiene que ver con el precio del dinero, es más multicausal y encierra miedo a la propia crisis, vértigo ante tantos trimestres de tendencia alcista. En el Ibex 35 ayer volvió a repetirse un extraordinario volumen de negocio, casi 7.500 millones de euros, el 60% concentrado en los tres valores principales: Telefónica y los dos grandes bancos. Y también mucha demanda de deuda pública a corto y mucha liquidez a punto para empezar a buscar gangas. Por ejemplo, la operación de General Electric en Colonial, que es como un rico de rebajas. Colonial ofrece unos activos sólidos y rentables, un mercado de alquiler que es como un bono con perla dentro. Un grupo líquido como GE no se inmuta por la deuda de Colonial y se le hacen los dedos huéspedes con su valor patrimonial a medio y largo plazo y con sus rendimientos a corto.

Pues eso, que ésta es hora para los ricos líquidos que quieren llenar la despensa con buenas viandas. Los mismos bancos que fueron pródigos a la hora de conceder créditos pueden ser ahora diligentes para exigir garantías y quedarse con ellas hasta que maduren. Puro capitalismo competitivo. De momento en los mercados pintan bastos y espadas, después de una larga etapa de oros y copas.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=23/01/2008&name=urbaneja

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