viernes, enero 25, 2008

Eulogio Lopez, Cumplir la ley no, derogarla

viernes 25 de enero de 2008
Cumplir la ley no, derogarla
Eulogio López (Hispanidad.com)

T IENE razón la Comunión Tradicionalista cuando critica uno de los puntos de la concentración de Barcelona (día 27, Palacio de los Deportes). En efecto, yo también creo que es un error solicitar el “cumplimento” de la ley de aborto del señor Felipe González, año 1985. Entre otras cosas porque el enemigo ya lo está aprovechando para vender la idea pendular: si lo que pretenden los provida es el cumplimiento escrupuloso de la ley, lo mejor es cambiar la ley y terminar con el fraude actual: ley de plazos.

La verdad es que sí se lleva a efecto los propios aborteros caerían en su propia celada. Quiero decir: ahora mismo se mata a niños en cualquier momento de la gestación, incuso horas antes de nacer, siempre que “peligre la salud física o psíquica de la madre”. (No se lo digan a nadie, pero la tal salud peligra siempre). Lo que ocurre es que el común de los mortales sigue pensando que en España sólo se aborta durante las primeras doce semanas, a pesar de que ese lapso sólo se refiere al supuesto de violación, mientras que en el eugenésico se puede perpetrar hasta la semana vigésimo segunda y el tercero, el coladero, el del riesgo salutífero, hasta el mismísimo momento de nacer. Ya saben: en este mundo no se es persona hasta 24 horas después de nacido y has sido inscrito en el Registro Civil, una definición muy científica, propia de la era en que la burocracia sustituye a la ética.

Sé que la batalla está ahora en otro sitio y comprendo que los convocantes hayan optado por este objetivo, pero me quedo con la postura de los tradicionalistas: animo a acudir a la concentración de Barcelona y, al mismo tiempo, poner los puntos sobre las íes.

Porque, no nos engañemos, a estas alturas la lucha por la vida va más allá del aborto quirúrgico. Constituye toda una filosofía a favor de la vida, de lo dinámico, de lo asimétrico, de la línea curva. No caigamos en la tontuna del mercado de la muerte, castrado por el espantoso principio de que sólo existe lo que se ve, y que representa la historia misma de la desesperación. Hemos entrado ya en un época donde el aborto químico supera en magnitud al aborto quirúrgico. Por ello, no se trata de ceder para mejorar, porque estamos tocando fondo. Como decía Chesterton, “cuando la gente ve lo que no comprende ni tan siquiera cree lo que ve”. Y es uno de los mejores retratos de la sociedad actual.

La noche del pasado miércoles acudí a la concentración de los aborteros en la madrileña Puerta del Sol, promocionada por los medios de comunicación más poderosos del país: era el ambiente mórbido de quien está más pendiente de sobrevivir que de apurar el magnífico regalo de la existencia.

En cualquier caso, espero que la concentración de Barcelona sea todo un éxito

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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