jueves 31 de enero de 2008
Lamentable incidente en Sevilla
Pablo Sebastián
En el mismo lugar donde, ahora hace diez años, fueron vilmente asesinados por ETA el concejal del PP de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y su esposa con sendos tiros en la nuca, allí mismo donde su familia, representantes de la política, y amigos les rendían un emocionado homenaje, una mujer que se dice próxima a la familia de estas víctimas del terror increpó, al grito de “traidores”, al alcalde sevillano, Monteserín, y a su esposa, ofreciendo, en ese emblemático lugar y en tan emocionante aniversario, un espectáculo lamentable.
Un griterío insultante, que se puede excusar por la emoción del acto, pero no por sus formas airadas e incriminatorias que reflejan la grave situación de lo que está pasando en la vida política española, en torno a la crisis de la política antiterrorista del Gobierno y a las duras críticas del PP. Así como a otras muchas cuestiones en las que parece imposible el menor sosiego y la serenidad necesaria para debatir, en la campaña de las elecciones generales, sobre las posiciones de unos y otros.
De la muerte del matrimonio Jiménez Becerril no hay más responsable que ETA y, además, ocurrió cuando el PP gobernaba en España. Y nada, en este caso, absolutamente, nada se puede imputar al alcalde sevillano ni a su esposa, que acudieron al homenaje en nombre del Ayuntamiento, de todos los sevillanos y de su partido. Un acto que el estridente presidente de la AVT, Alcaráz, aprovechó también para poder denunciar la ausencia de los miembros del Gobierno, sumándose al incidente que, en bastante medida, estropeó el merecido homenaje a las víctimas.
Las cosas no pueden seguir así, y menos en la lucha contra ETA. Es cierto que el Gobierno, aunque tarde, está rectificando esta política fracasada de negociación con ETA, pero lo hace sin reconocer el alcance de su error y rodeado de mentiras, lo que exaspera los ánimos de muchos ciudadanos. Pero el PP tampoco puede olvidar que el verdadero enemigo es ETA y no el Gobierno. Y aunque el PP tiene todo el derecho del mundo a incluir este drama y el debate en la campaña electoral —como también lo hizo el PSOE a raíz del 11-M—, debe tener mucho cuidado con las formas porque si no lo hace perderá la razón.
El incidente sevillano de ayer va a provocar, en muchas partes de España, un sentimiento de apoyo al alcalde sevillano, que aceptó con respeto la bronca de la que fue objeto, sin que nadie de los muchos que allí estaban cortara de inmediato la agresión. Un hecho marcado por la emoción y la rabia de los amigos y familiares de la familia Jiménez Becerril, que delata la crisis en la que vivimos de fractura política y social, de la que Zapatero tiene, sin lugar a dudas, la mayor responsabilidad, que se le debe recordar y reprochar de la mejor manera posible, sin olvidar a ETA, y ofreciendo a los españoles alternativas de confianza que garanticen, para los próximos años, un poco de sosiego y de estabilidad.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=31/01/2008&name=manantial
jueves, enero 31, 2008
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