miércoles, enero 30, 2008

German Yanke, Nerviosismo y trastornos mentales

miercoles 30 de enero de 2008
Nerviosismo y trastornos mentales

Germán Yanke

“No creo que haya ningún español que piense que compro su voto”, dijo ayer el presidente Rodríguez Zapatero. Quizá sea verdad, aunque ese mismo día supimos que, según los expertos —los expertos siempre están inclinados a la estadística—, uno de cada cinco españoles ha presentado episodios de trastorno mental en algún momento de su vida. Así que, por coincidencia de las estrellas y las turbulencias financieras y políticas, podría ocurrir que alguno lo pensara. Sería un poco sorprendente, de todos modos, porque la devolución de 400 euros de la cuota del IRPF, que es una medida estrafalaria, lineal, que no afecta a quienes tienen rentas más bajas, no parece convencer a nadie.
El Gobierno trata ahora de “explicar” la medida y, además de precisiones técnicas (tanto sobre retenciones, sostenimiento en el tiempo de la propuesta, plazos para poder hacerla efectiva), se argumenta, curiosamente, con que algo parecido ha hecho el presidente Bush, algo que no deja de ser paradójico después de una ya larga tradición del socialismo español de poner de vuelta cualquier decisión del Gobierno norteamericano. Pero junto a lo paradójico está también el desacierto de presentar una medida que, en todo caso, sería un recurso de urgencia para incentivar el consumo en una situación de crisis, como una promesa electoral, aunque ahora se trate de justificar técnicamente diciendo que el procedimiento y los ordenadores no posibilitan ponerla en marcha de inmediato. ¿De inmediato? ¿No nos decía el Gobierno que la economía va bien, que sólo estamos ante una “ligera” desaceleración y las “moderadas” consecuencias del caos estadounidense? ¿Es que necesitamos medidas inmediatas de ese tipo aunque la burocracia impida su celeridad? Era, no cabe duda, una sorprendente oferta electoral.

Aún hay más. Después del desbarajuste, de las imprecisiones, del desasosiego en muchos sectores del propio parido gubernamental, de las protestas de toda la oposición (de izquierda y de derecha), el presidente se pone farruco y, en sus declaraciones de ayer, pregunta al PP, como si le tuviera cogido en una trampa, qué va a hacer, si va a votar en contra cuando, si gana las elecciones, presente la propuesta en el Parlamento. Lo de los 400 euros es una muestra de nerviosismo del presidente, en días previos al comienzo de la campaña, que sus asesores debieron desaconsejarle. Si no hay crisis, puede ciertamente haberla, y causa sorpresa que sea la oposición, y no el Gobierno que tiene más medios para actuar y generar confianza, la que, independientemente de la opinión que cada ciudadano tenga sobre ellas, está haciendo más propuestas. Y en medio de la pasividad gubernamental, a José Luis Rodríguez Zapatero se le ocurre lo de la devolución de las cuotas, dando la sensación tanto de improvisación como de que las cosas están tan mal que se necesita urgentemente colocar dinero en el mercado e incentivar el consumo.

Y, además, persiste en el error y subraya su ocurrencia como si fuera la panacea a la que nadie se puede negar cuando esté en tramitación parlamentaria. Hay en el PSOE quienes piensan que, al margen del nerviosismo y los problemas técnicos, incluso al margen de una política económica y fiscal seria y coordinada, esta propuesta puede ser un gancho entre contribuyentes jóvenes. Si el PSOE necesita ese populismo y está a la búsqueda de esos momentos de alteración mental que tenemos en algún instante buena parte de los españoles, está aviado. Se entiende el nerviosismo.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=30/01/2008&name=german

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