martes 29 de enero de 2008
Llega el Superofertón…
José Oneto
Manuel Pizarro, número dos de Rajoy en la lista por Madrid, no se lo podía creer. Hacía poco que en una de sus muchas declaraciones de estos días había afirmado con contundencia que el dinero estaba mejor en los bolsillos de los ciudadanos que en las arcas del Estado. Y Zapatero, ante la oferta de rebajas fiscales del Partido Popular, especialmente para los mileuristas, los que ganan menos de l6.000 euros al año, le tomó la palabra.
Si gana, anunciaba, cada contribuyente recibirá un cheque de cuatrocientos euros, ya que reducir impuestos, según él, también es de izquierda, y esos cinco mil millones que costará la última promesa electoral (habrá otras muchas, seguro) saldrá de los impuestos que han pagado trece millones y medio de ciudadanos.
Para tomar esa medida Zapatero ha tenido a dos maestros: el propio Pizarro, que sigue sin podérselo creer, y el “amigo americano” del presidente del Gobierno, George Bush, que ante la paralización de la economía USA y ante la anunciada recesión económica ha decidido que a cada ciudadano se le devuelva seiscientos euros (100.000 millones en total) con el objetivo puesto en que ese dinero vaya a los mercados para animar el consumo y tirar de la economía, aunque, ante las malas expectativas, lo más probable es que se destine al ahorro familiar y no al gasto.
El Superofertón de Zapatero tiene coherencia económica, aunque tal como se ha anunciado parezca una simple “compra de votos”, ya que, según él, ni la situación económica está tan deteriorada como en Estados Unidos y en todo caso esa medida indicaría que estamos peor de lo que, con excesivo optimismo, vienen pregonando el vicepresidente Solbes y el Gobierno.
Por otra parte, al ser igualitaria para todos los contribuyentes se olvida el principio fundamental de que quien más gana más paga, y en este caso los más perjudicados son precisamente los que ni siquiera ganan lo suficiente como para hacer la declaración de la renta.
La oferta electoral de Zapatero, realizada en plena Conferencia política que aprobaba el último fin de semana el programa electoral socialista, ha obscurecido otros compromisos asumidos por el PSOE y ha sido recibida por la oposición como un intento de comprar el voto de los indecisos.
“Decisión caciquil”, “grave error”, “desvergüenza”, “inmoralidad”. Con estos calificativos ha recibido la oposición y parte de los medios informativos ese Superofertón en plena cuesta de enero realizado por Zapatero cuando parecía que ya había terminado la fecha de las rebajas.
Primero fue el cheque bebé, anunciado en pleno debate sobre el estado de la nación (1.200 millones), después vino la deducción de los alquileres por vivienda (700 millones de euros), ahora, el Superofertón (5.000 millones, casi una cuarta parte de todo el superávit público, que es verdad que es el más abultado de los últimos treinta años.
La precampaña electoral se ha convertido en una auténtica subasta mientras el ciudadano contempla sorprendido cómo aumentan las apuestas. Rajoy ha aumentado en doscientos mil impuestos de trabajo la oferta realizada por Zapatero de dos millones de nuevos empleos. Zapatero ha prometido aumentar las pensiones mínimas en mayor proporción que Rajoy y Rajoy ha prometido más guarderías que Zapatero. El líder del PP anunció que con él la economía crecerá por encima del 3 por ciento, mientras Zapatero también promete que seguiremos creciendo muy por encima de la zona euro y, además, creando empleo.
Promesas especiales para los jubilados, para los pensionistas que viven solos, para los que los cónyuges dependen de ellos, para las madres que den a luz, para dependientes, para mayores y pequeñitos… Ha llegado el Superofertón.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=29/01/2008&name=oneto
martes, enero 29, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario