viernes 7 de septiembre de 2007
DEMETRIO PELÁEZ CASAL
AILOLAILO
Con los cuernos, a ser posible
A los mamarrachos urbanos les encanta hacer pintadas en los muros públicos y en las propiedades ajenas, ya sean verjas de garajes, portales o fachadas. Y muchos irresponsables de la fauna política llevan lustros disculpando estas prácticas en nombre de la supuesta libertad de expresión que tenemos todos los ciudadanos, de forma que muchos imbéciles armados con spray acaban yéndose de rositas, sin recibir siquiera una mínima multa, tras guarrear con sus chorradas reivindicativas -ya saben, la represom y demás- ciudades enteras. No ha sido ésta, por fortuna, la postura del Ayuntamiento de Santiago, al menos en los últimos años, pero cierta parte de la supuesta progresía sigue reprobando que se castigue a los pobres chavales que tan sólo desean exponer sus reivindicaciones sobre un muro. Los gamberros, así, se sienten artistas incomprendidos, y los ciudadanos que los denuncian, unos fachillas sin corazón. De nuevo, el mundo al revés.
Ahora, el Ayuntamiento de Santiago ha decidido exigir, amparándose en la ley, que las comunidades de vecinos se encarguen de limpiar -por supuesto con sus fondos- las guarradas de los adictos al spray. Quizá sea la única solución posible para mantener las ciudades decorosas, pero antes de eso los ciudadanos deberíamos ver cómo la Justicia castiga con rotundidad a quienes son cachados plasmando su arte en vallas y portalones, que ya estamos hartos de ver cómo tan sólo se les obliga, en el mejor de los casos, a sufragar los productos de limpieza o a realizar alguna caralladita de ayuda a la comunidad. Mientras siga pasando lo que está pasando, que los grafitis los limpien los grafiteros. Con los cuernos, a ser posible.
viernes, septiembre 07, 2007
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