domingo, septiembre 30, 2007

Manuel Alcantara, La consulta

La consulta
01.10.2007 -
MANUEL ALCÁNTARA

En la Constitución española debería incluirse un artículo en el que se hiciese constar que todo español tiene derecho a la búsqueda de la infelicidad. El derecho a ser desdichados nos ha asistido desde siempre y no queremos renunciar, aunque las cosas lleven muchos años yéndonos razonablemente bien. ¿Cómo perder el sentimiento trágico de la vida? No entenderíamos nuestras chamusquinas inquisitoriales, ni nuestras imágenes sangrantes, si nos acomodáramos a una vida apacible y diversa, que es una de las cosas a la que tienen derecho a aspirar todos los eventuales habitantes de este planeta malavenido. Lo que está ocurriendo ahora es el intento de revisar la Transición.Una de las pocas cosas que nos han salido bien en las últimas décadas está siendo objeto de examen. Asombramos al mundo, que esperaba que reanudáramos la costumbre de matarnos mutuamente, cuando se logró que todos miráramos hacia adelante. Chesterton decía que lo más curioso de los milagros es que ocurren, pero pasado algún tiempo sentimos nostalgia de nuestras desavenencias.La felicidad es un instinto. La gran mayoría de los españoles lo tienen arraigado, pero por no se sabe qué extrañas claves genéticas, la colectividad carece de él. No somos inferiores a nadie individualmente, pero en conjunto dejamos mucho que desear. He vivido todos los regímenes inventados por el ser humano para lograr entenderse. Debe serme tolerado alguna triste forma de agnosticismo político. La conclusión es la misma del Calígula de Albert Camus: «Los hombres se mueren y no son felices». Lo que ocurre es que no debemos llevarnos a matar mientras estamos vivos. Zapatero piensa paralizar la consulta de Ibarretxe. Lo que debiera proponer es una consulta psiquiátrica. Peor están en Birmania, donde la mitad son monjes y la mitad soldados, pero los soldados se llevan muy mal con los monjes.

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