domingo 30 de septiembre de 2007
El debate que menos solo deja al PP
POR ÁNGEL COLLADO
Ante la ofensiva nacionalista general, en la que ahora se incluye la campaña contra la Monarquía y en la que confluye la extrema derecha mediática, el PP ha decidido reafirmar principios y continuar con su labor de defensa de la bandera y de la figura del Rey como símbolo de la unidad de España. Así lo ha hecho en los últimos días con la consiguiente indignación del presidente y la vicepresidenta del Gobierno, que exigen silenciar los hechos y eluden expresar respaldo y lealtad a la Corona.
Pero en el PP no se ha recibido ninguna otra sugerencia de discreción. Al contrario, ven en la reacción de víctimas del terrorismo, asociaciones empresariales y judiciales en respaldo de la Monarquía un claro síntoma de que parte de la sociedad empieza a ser consciente de la gravedad de la crisis.
Entre los nacionalistas sin freno hacia el independentismo y la debilidad, dejadez, torpeza y/o complicidad de Zapatero con esos mismos partidos que le sostienen en el poder en el proceso de cuestionamiento del marco constitucional le ha llegado el turno a la Monarquía, «símbolo de la unidad» de España, como reza la ley de leyes. Ése es el análisis básico que hacen en la dirección del PP, además de lamentar la soledad en que se han movido durante la legislatura cuando denunciaban la ruptura de todos los consensos de la Transición acometida por el Gobierno.
Es evidente que la nueva generación de dirigentes del PSOE que encabeza Zapatero no se siente heredera de los pactos del 78, ni del principio de acordar las reformas del Estado entre los dos principales partidos, como se ha demostrado en el Estatuto catalán. Ahora exigen al PP que no lleve al debate político las ofensas a la bandera y la Corona. Pero Rajoy ha decidido colocar al Gobierno frente a las contradicciones y ambigüedades propias y el extremismo de sus aliados. «España es una nación de ciudadanos libres e iguales, queremos y sentimos nuestros símbolos, como son la Monarquía constitucional y la bandera española», proclamó Mariano Rajoy el pasado jueves en Cádiz.
El Ejecutivo quiere dar la vuelta al problema y acusa al PP de «utilizar» a la Corona en su contra. Como cuando el partido de Rajoy denunciaba la negociación con ETA y la respuesta del Gobierno consistía en decir que la oposición no quería «la paz».
El Partido Popular es el único grupo del arco parlamentario que sigue la tradición de proclamar su lealtad al Rey en cada congreso nacional y que envía, además un telegrama al monarca para comunicar la elección o reelección de su presidente.
Y si en el Gobierno se sientan al menos tres ministros que proceden de familias franquistas -en el caso de Fernández Bermejo, de un jefe de Falange en Ávila- en la dirección del PP hay varios hijos de destacados opositores monárquicos al anterior régimen, como Gabriel Elorriaga y Juan Carlos Vera. La lealtad a la Monarquía está en las esencias del partido, dicen en el PP.
domingo, septiembre 30, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario