domingo 30 de septiembre de 2007
La única tabla de salvación
POR FERNANDO PASTRANO
Reiteradamente China utiliza su veto contra las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el problema de Birmania. En todos los casos aduce que la situación de Myanmar «no constituye amenaza para la paz y la seguridad de la región y del mundo». Pekín dice que cualquier cosa que suceda dentro de un país es «una cuestión interna» y practica la política de la «no injerencia». Son consecuentes, predican con el ejemplo. No se entrometen con otros para que no se entrometan con ellos. En derechos humanos, por ejemplo.
Ayer, cuando la cifra menos pesimista de muertos en Birmania no bajaba de 16, todos de la misma parte, el primer ministro chino, Wen Jiabao, se limitó a comentar que «desea que todas las partes se contengan».
En febrero de 2006, su homólogo birmano, general Soe Win, visitó China y se llevó el compromiso de un incremento comercial significativo. Pekín favorece la continuidad del régimen birmano y la Junta militar, a cambio, le proporciona carburantes y materias primas, entre otros géneros. Como guinda, Myanmar apoya a Pekín en su pugna con Taipei. Según el diario oficial «The New Light of Myanmar», que Taiwán entrase en la ONU «pondría en peligro la paz y la estabilidad de la región». Ven la paja taiwanesa en el ojo, pero no la viga birmana.
China, es sabido, necesita mucha energía y materias primas para continuar con su impresionante desarrollo. Myanmar es productor de petróleo, tiene una de las más grandes reservas de gas bajo el mar y es el mayor exportador mundial de madera de teca y rubíes. Tentador escaparate de dulces para el glotón y crecedero niño chino.
Según cifras oficiales chinas, el comercio con Myanmar ha aumentado un 39,4 por ciento en los siete primeros meses del año, alcanzando casi los 790 millones de euros. Está en marcha el proyecto de un gasoducto chino en tierras birmanas que ahorrará millones. Y mientras China prohíbe la tala de árboles, importa toneladas de tablas de madera de la zona birmana de un bosque que comparte con Myanmar.
Es difícil, pero convencer a Pekín de que persuada a la Junta militar es la única tabla, de salvación en este caso, que le queda a la oposición birmana.
Fernando
Pastrano
domingo, septiembre 30, 2007
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