domingo 30 de septiembre de 2007
El PP trae de calle a Polanco
POR MAYTE ALCARAZ
El envilecimiento de nuestra clase política, contagiada, tal vez —o foco del virus, quizá—, por la sociedad entera, ya ni a los muertos respeta. El homenaje, en forma de nombre a una calle de Madrid, al fundador del grupo Prisa, Jesús de Polanco, volvió a reavivar los odios y las inquinas en los que chapotean, parece que con gusto, algunos de nuestros representantes públicos. Finalmente, el reconocimiento a Polanco salió adelante (junto al de Gabriel Cisneros, Rodrigo Uría y Emma Penella, más que merecidos) a pesar de la disconformidad de un edil de Esperanza Aguirre —digo, de Alberto Ruiz-Gallardón—, que decidió ausentarse del Pleno para no votar a favor.
Al margen de la anécdota, bien haría la izquierda en valorar la casi unanimidad con que el grupo popular sacó adelante una propuesta obsequiosa con quien fuera un enemigo acérrimo del PP; nada menos que el mismo que, casi como epílogo de su vida, dejó unas duras palabras contra este partido y su líder, Mariano Rajoy.
Qué distinto el gesto consecuente e imparcial del actual partido de la oposición al admitir el nombre de Polanco o Haro Tecglen, articulista de «El País», para una vía pública, del parco, cicatero y desafortunadamente partidista con el que se despacharon PSOE e IU cuando rechazaron el nombre del enorme escritor y columnista, que lo fue de ABC, Jaime Campmany.
El sectarismo de la izquierda, pues, parece invencible y esta semana ha vuelto a manifestarse en todo su esplendor en boca y pluma del vicepresidente económico, Pedro Solbes, al justificar la escasa inversión de su Gobierno en Madrid y reclamar a esta región mayor solidaridad con las demás (¡y se lo pide a la más solidaria de las Comunidades de España!). Eso sí, los madrileños estamos tranquilos: tendremos calle para Polanco y nuestro dinero se va al mantenimiento de las costas de la capital (un amplio litoral nos contempla) y a adecentar el Palacio de La Moncloa, una importante infraestructura sin la cual, como todo el mundo sabe, los ciudadanos de la capital no podríamos vivir. Palabra del insolvente Solbes. O mejor: del más solvente de los insolventes.
domingo, septiembre 30, 2007
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