Luis Margol, Esquire: vuelve el hombre

lunes 1 de octubre de 2007
CHUECADILLY CIRCUS
Esquire: vuelve el hombre
Por Luis Margol
Las confesiones de Woody Allen, Eduardo Punset y el cantante Iggy Pop, Halle Berry en stockings y tacón alto, el actor Naveen Andrews rindiendo homenaje a Con la muerte en los talones, whisky, habanos, todo lo que (Rajoy) siempre quiso saber sobre los trajes y nadie le dijo… La edición española de la mítica Esquire se presenta como el elixir perfecto para encarar con estilo y poderío la crisis que nos aflige y el neopopulismo que nos invade.
Si el British Vogue se lanzó en plena Gran Guerra y aun así fue un gran éxito, sacar Esquire en vísperas del acabóse me parece una ideal genial. En época de vacas flacas, la evasión siempre cotiza al alta. Al mando de la nave se encuentra Andrés Rodríguez, quien fuera responsable de la Rolling Stone española y autor de aquel desafortunado "la España moderna es la que ve Crónicas Marcianas". Sin embargo, el chico parece haber aprendido la lección, que no cómo vestirse para un partido de polo. Seguro que las nuevas compañías de más allá de Gran Vía 32 le harán bien. Salvo sus fotos en la Copa Bronce Hackett, casi todo en la revista está bien hecho y mejor presentado: 241 páginas absolutamente top of the range para compensar este pequeño desliz de su director, que por otra parte debemos considerar normal: mucho peores eran las instantáneas de Luis María Anson en el ABC de antes y nadie protestó.

Tras el simpático sumario y los obligados saludos, la sección "Check-in", que incluye un acertado y punzante artículo de Miguel Alba sobre las estrellas del cine de acción de los 80 que viven una segunda juventud a base de botox. Además, Laureano Domínguez nos habla del personaje de cómic Corto Maltés, y la redacción repasa las distintas versiones de Blade Runner. Todo eso, aderezado con citas de Woody Allen ("La música japonesa es una tortura china"; supongo que será la única delicia oriental a la que el director no es aficionado). La recomendación de recordar al Che Guevara rebuscando en el desván "aquella camiseta revolucionaria que te compraste en el Rastro" me produce una cierta inquietud. ¿Será para quemarla, y así estar a la moda? Polución aparte, no seré yo quien se queje si el sujeto de tal barbarie es el revolucionario.

Más adelante, la sección de cotilleo fino: Woody Allen (nada nuevo bajo el sol), Eduardo Punset –como alguien dijo de María Estuardo, su belleza no es de este mundo– y otros comparten confidencias e incluso nos regalan consejos: "Cuando te guste una mujer, escucha a tu bulbo raquídeo, hijo. Él te contará lo que debes hacer" (Iggy Pop).

"El Gurú", la biblia de estilo del hombre Esquire, nos canta las verdades del barquero. Por ejemplo, que "algún día hay que crecer y colgar lo trendy...". A más de uno en LD habría que recordarle eso, pero cambiando "trendy" por "arrabalero" (no offense intented). Junto al nuevo reloj de Patek Philippe (8.000 euros), lo último en productos anticaída capilar de Shiseido Men, con diferencia la mejor marca de cosmética masculina a precios razonables. Más adelante, zapatos de charol y consejos para conservar unas manos de cine. No hace falta recordarles que las manos constituyen el tercer objeto de las féminas a la hora de evaluar al hombre (el primero son las nalgas). Pueden enviar sus consultar sobre éstas y otras cuestiones a elguru@spain-media.es. El maquillaje masculino de Nivea (la marca ha optado por llamarlo Summer Look) cierra una sección que millones de hombres llevan años pidiendo a gritos. ¡Bravo por el Gurú!

"Business Class" parece el típico pull-out para ejecutivos que uno encuentra en cualquier semanario de información general o periódico económico. Pero incluso aquí Esquire marca la diferencia, con un magnífico reportaje sobre Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, al que algunos no perdonan que viva en Nebraska. También hay vida en el Medio Oeste.

Icíar Bollarín nos desvela las diez cosas que aún no sabes de las mujeres. Entre ellas, ésta: "Cuando en una película una mujer llega al orgasmo en cinco minutos, no nos reímos a carcajadas por pudor. En la vida real nunca es así. A los hombres (a algunos) sí les pasa". Si nunca antes lo oyeron, tal vez deberían pasarse por alguna peluquería de señoras o pedir a sus esposas que no fueran tan educadas.

Pasando a asuntos más festivos, Halle Berry es retratada en ropa interior por Cliff Watts. Stockings y tacón alto, todo un clásico. Las instantáneas me hacen recordar lo que una vez me dijo mi director artístico y chico Cosmopolitan TV José María Durán (pronto en MySpace): "Las playas nudistas no tienen morbo porque allí todas usan zapato plano".

Tras el erotismo, un sobrecogedor trabajo sobre la explosión atómica ocurrida en un pueblo de los Urales en 1957, y que el Gobierno soviético jamás reconoció. Si envían ejemplares de la revista a los habitantes de la localidad, no olviden borrar lo de la camiseta del Che de más arriba.

Woody Allen at his best (de nuevo), Cuba sin concesiones y Haruki Murakami, cuyo Tokio blues leí y disfruté hace poco siguiendo la recomendación del political analyst y poeta homo-friendly Tomás Cuesta, que tiene la rara de virtud de referirse a las mariprogres por su nombre (él no tiene complejos): si a estas alturas no han puesto el ordenador en stand-by y salido pitando hacia el quiosco más cercano, es que tienen menos glamour que un redactor de Público.

Tal vez les estimule saber que en la revista sale el actor británico Naveen Andrews, protagonista de la serie Perdidos (Fox). El chico aparece de toma pan y moja enfundado en trajes de firma en un paraje estepario que recuerda aquella inolvidable escena de Cary Grant en North by Northwest. Dan ganas de dejarlo todo y salir al rescate.

Casi igual de buena que "Check-in" es "Check-out": motor (Jaguar C-FX), gastronomía, viajes (Tokio) y delicatessen. El broche de oro lo ponen Alfonso Herranz y Alicia en un sexy y políticamente incorrecto montaje fotográfico dedicado a los puros y al scotch, pura rebeldía contra el neopuritanismo de la dumb blonde más disparatada del socialismo actual.

Finalmente, llegamos a la sección "Grooming", la menos lograda, tal vez por falta de tiempo o por simple cansancio de la redacción. En todo caso, convendría que las últimas páginas fueran un ritornello más que un anticlímax. Fotos insulsas de frascos de colonia y un escaparate sin gracia de cremas para hombre, entre las que destaca el escudo anti-edad (Age Fight Perfecteur Anti-Age) de Lancôme Men: "(...) los efectos medioambientales, el cambio climático y el debilitamiento de la capa de ozono provocan un efecto devastador sobre la piel". Chorradas como ésta provocan un efecto devastador sobre las neuronas. Para terror ya están las películas de Stephen King.

Solteros sin vocación, recién divorciados, tontainas que aún se creen eso de que "el hombre y el oso, cuando más feos...", nuevas estrellas de la pequeña pantalla y dandies de toda la vida: Esquire está hecho para vosotros. Y por tan sólo 2 euros. Yo no me lo pensaría, al menos hasta que se les ocurra sacar a ZetaP en la portada y tengan que cerrar. Toco madera.


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