No vamos a hacernos deño, ¿verdad?

5-III-2007
No vamos a hacernos daño, ¿verdad?
EDITORIAL

El anuncio de que E.On estudia comprar un porcentaje de Enel similar al que éste ha adquirido de Endesa parece un claro aviso a la empresa participada en un 30% por el Estado italiano para que deje de interponerse en su camino por hacerse con Endesa.

El futuro de Endesa se pinta muy negro. El caballero blanco que debía salvar a nuestro "campeón nacional" ha resultado ser una empresa propiedad del Estado italiana. O lo que es lo mismo, el Gobierno –pues nadie duda ya de la responsabilidad de Zapatero en este empeño– prefiere renacionalizar Endesa dejándola en manos de un Estado extranjero que admitir que perdió en su empeño porque Gas Natural fagocitara a la primera eléctrica española, en estricto cumplimiento del Pacto del Tinell.
Sin embargo, las palabras de Clos, en las que afirmaba que estaba estudiando limitar al 30% el porcentaje de mercado español que pudiera ostentar una sola empresa cuando Endesa posee el 40% actualmente, parece indicar que el objetivo será el de repartir Endesa entre Acciona, Enel y quizá la misma E.On. Aunque pudiera ocurrir que fuera una simple amenaza destinada, una vez más, a disuadir a los alemanes de intentar quedarse con la eléctrica.Pero no parece que E.On vaya a darse por vencida con tanta rapidez. La empresa alemana no es precisamente una niña indefensa que llora por la oportunidad perdida. El anuncio de que estudia comprar un porcentaje de Enel similar al que éste ha adquirido de Endesa parece un claro aviso a la empresa participada en un 30% por el Estado italiano para que deje de interponerse en su camino por hacerse con Endesa. El combate no ha terminado, pese a que uno de los contendientes reciba la desvergonzada ayuda del árbitro.