GARGANTA PROFUNDA
Nacho Uriarte no ha cobrado por "los aguiluchos" del 10-M
Elsemanaldigital.com
El joven presidente de Nuevas Generaciones fue uno de los artífices del éxito de la manifestación en Madrid. Y también de otras tareas de trastienda que, sin embargo, son impagables.
26 de marzo de 2007. Por mucho asombro e irritación que le produjese al Gobierno el enorme eco que tuvo la multitudinaria manifestación convocada por el Partido Popular el pasado 10 de marzo en protesta por la excarcelación del terrorista José Ignacio de Juana Chaos, debió de reconocer que la medida, ese guiño al mundo etarra, fue, cuando menos, un grave error. Y en política, como cínicamente dijo un político, a veces el error es peor que el crimen. Aquí ha habido crimen y error. De ahí que, como supo calibrar el PP, no estuvimos ante una marcha más, a pesar de que las había habido ruidosas. Fue la gran manifestación, el gran pulso que la nación le echó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Y esa convocatoria supuso un esfuerzo sin precedentes para la organización popular. Como es sabido, la cúpula del partido dio instrucciones precisas para que la manifestación no fuera empañada por ningún radical aislado y que no hubiera un solo símbolo franquista.Al finalizar el acto, Mariano Rajoy y Ángel Acebes felicitaron de forma especial a tres personas. El secretario de Organización del Partido Popular, Juan Carlos Vera; el responsable de Formación, José Antonio Bermúdez de Castro; y el presidente de las Nuevas Generaciones, Nacho Uriarte, fueron los principales artífices de que la manifestación fuera un éxito desde el punto de vista de la logística. Conectados a través de walkie talkies, dieron instrucciones a los más de 800 voluntarios, la mayoría de la rama juvenil del PP.Aunque apenas se registraron salidas de tono, hubo un momento de nerviosismo -como relató el diario El Mundo- cuando a Juan Carlos Vera le comunicaron que un vendedor ambulante se había apostado en una de las calles adyacentes al Paseo de la Castellana dispuesto a vender todo un ramillete de banderas con el águila. El responsable de la organización no lo dudó un instante. "Cómpraselas todas ahora mismo". Y, según dicen ahora a Garganta Profunda fuentes del PP, fue el propio Nacho Uriarte quien se vio en la tesitura de aflojar la cartera, llevarse las banderas y guardarlas en su coche."Lo malo -cuentan algunos- es que Uriarte no ha recuperado su dinero porque en la sede de Génova le han pedido la factura". El presidente de Nuevas Generaciones, orgulloso de la labor realizada por todo el equipo de organización en la jornada del 10 de marzo, no le ha dado tampoco mayor importancia al asunto.
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