Manuel Alcantara, Cuidado con los "pepinos"

miercoles 21 de marzo de 2007
Cuidado con los 'pepinos'
MANUEL ALCÁNTARa
Quienes los han contado hablan de los mil ruidos del campo. No se sabe si la cifra es exacta o está interesadamente redondeada, como cuando se habla del número de asistentes a las manifestaciones, pero es verdad que el campo suena, sobre todo en el silencio de la noche. Soy la persona menos apropiada para saberlo, ya que me reconozco un urbanita empedernido. De las cosas del campo sólo sé lo que me ha contado mi admirable amigo José Antonio Muñoz Rojas, que me invitó muchas veces a comprobarlas. Cuando le digo que no he ido nunca a cualquiera de esos anchurosos sitios, se echa las manos a la cabeza de patricio romano de Antequera. Ahora la situación tampoco invita a debutar como excursionista. Policías de la unidad de desactivación de explosivos, Tedax para los íntimos, recorren las zonas donde se libraron batallas en la Guerra Civil para recuperar bombas. Algunas estaban tan bien hechas que no tienen fecha de caducidad y alguien puede salir de excursión por el campo y acabar en el camposanto.Los enfrentamientos entre los llamados republicanos y los llamados nacionales traen locos a los que trabajan en el Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército. Hay historiadores que calculan que, sólo en los frentes de Madrid, se lanzaron unos 16 millones de artefactos. Caían como chuzos de punta y hubo muchos caídos, unos por Dios y por España y otros por España y vaya por Dios. En este momento hay artificieros inversos que quieren activar de otro modo aquellos lejanos proyectiles.¿Será verdad eso de que las guerras civiles duran un siglo? En el dialecto policial, a esas bombas se les denomina 'pepinos' y la siembra fue magnífica. Han pasado 70 años y se siguen cosechando. Los excursionistas deben andarse con pies de plomo, no sea que se encuentren bajo sus pies con algún objeto metálico.