domingo, marzo 25, 2007

Isabel Duran, La guerra de Polanco, ZpM y Gallardon

lunes 26 de marzo de 2007
Elecciones
La guerra de Polanco, ZP y Gallardón
Isabel Durán

Aunque Polanco se crea Otegi, afortunadamente Rajoy no es Zapatero, por mucho que el dictadorzuelo mediático se empeñe en hacernos creer que su estima está por debajo incluso de la de Llamazares.

Jesús Polanco se ha creído Arnaldo Otegi. En un alarde de poder, el magnate que se hizo rico gracias a la información privilegiada del franquismo creyó que Mariano Rajoy, como si de un Zapatero cualquiera se tratase, se iba a achantar ante su histérico ataque realizado nada menos que en la junta general de accionistas de su grupo. "Hay quien desea volver a la Guerra Civil. Acabamos de ver una manifestación que es el franquismo puro y duro". Y en alusión al Partido Popular advirtió el dueño del imperio de los terroristas suicidas del 11-M: "Si estos señores recuperan el poder, van a venir con unas ganas de revancha que a mí, personalmente, me da mucho miedo".
Piensa el ladrón que todos son de su condición. Sobran los ejemplos. El antepenúltimo, el manual del partido de Polanco que dice clarito: "Cada campaña es una guerra a nivel general, del partido y del candidato/a". Por si hubiera la menor duda, añade: "cada elección hay que diseñarla como una batalla". Una lección de democracia insuperable. El penúltimo de los ejemplos, el referéndum por la independencia de Cataluña planteado por los socios de Zapatero en la Generalitat. El último, las mismísimas palabras del presidente anunciando la potestad del Gobierno para interpretar la Ley de Partidos. Donde el presidente dijo que velaría por el cumplimiento del espíritu y la letra de la ley, ahora se arroga una capacidad de interpretación que todos sabemos lo que significa. Un conmovedor y elocuente catálogo del buen demócrata al estilo de Polanco, plagado de deslealtades, chantajes y cesiones al terrorismo con tal de no perder el poder.
Aunque Polanco se crea Otegi, afortunadamente Rajoy no es Zapatero, por mucho que el dictadorzuelo mediático se empeñe en hacernos creer que su estima está por debajo incluso de la de Llamazares. La bravuconería de Polanco y su oligopolio mediático con la retahíla de editoriales, comentarios, reportajes y artículos revela hasta qué punto el imperio del 13-M es consciente de la caída en picado del presidente del Gobierno en las encuestas, a pesar de cocinarlas sin pudor para que reflejen una realidad-ficción que no desanime a su desconcertado, desilusionado, alarmado y entristecido electorado.
La guerra de Polanco y ZP, a la que entusiásticamente se ha sumado de nuevo Gallardón con su espontánea oferta de diálogo sin condiciones, es la de quien se sabe perdedor y está dispuesto a morir matando con la artillería político-mediática presentando armas. O dicho en terminología polancosocialista: hay que ganar la guerra y "el objetivo conquistar la mente de los electores". Para eso ya está la secta que, a base de inexistentes terroristas suicidas y oportunidades históricas ante la victoria etarra, establecerá la realidad democrática alejada del franquismo puro y duro. Y el resto a callar y bendecir la paz de Polanco, Zapatero y el mediador Gallardón.

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