viernes, marzo 23, 2007

GEES, Los "neocon" españoles

sabado 24 de marzo de 2007
Izquierda progre y radical
Los "neocom" españoles
GEES

Enfermos de bastardía política, buscando dotarse obsesivamente de una biografía que no poseen y con remordimientos por constituir la nueva aristocracia mediático-política, los neocom españoles se inventan la historia; la suya y la de los demás.

La generación actual de dirigentes socialistas radicales, Rodríguez Zapatero, José Blanco o Patxi López, jamás hicieron durante la dictadura de Franco otra cosa que vivir su adolescencia. Nacidos a comienzos de los sesenta, no vivieron el franquismo más que como niños y bachilleres. De igual forma, haríamos una lista, y no cabría en este espacio, con la cantidad de periodistas e intelectuales que hoy denuncian a la derecha extrema y que no vivieron la dictadura franquista por cuestiones de edad: hicieron su carrera y su fortuna con la democracia. Todos ellos son nuevos radicales, nuevos comunistoides: se trata de los "neocomunistas" españoles.
Otros neocom convivieron fructíferamente con la dictadura; algunos, como Jesús Polanco, se hicieron ricos durante la dictadura, colaboraron fielmente con el régimen y construyeron su imperio mediático sobre la represión franquista de la poca izquierda que se le oponía. Tampoco será necesario mostrar la lista de escritores, periodistas y políticos que hicieron fortuna a la sombra de Franco. Éstos sí vivieron el franquismo, y de hecho vivieron muy bien con él. Colaborando, naturalmente.
¿Cómo una izquierda que se lucró de la derecha autoritaria o convivió mostrencamente a su lado, exhibe ahora un ardor revolucionario que le es ajeno? Porque combina dos cosas: en primer lugar un desconocimiento de cuestiones históricas, ideológicas y políticas básicas, incluso de la propia ortodoxia socialista. Su discurso ideológico se limita a palabras huecas y grandilocuentes. En segundo lugar, una voluntad obsesiva por borrar un pasado, por dotarse de una legitimidad revolucionaria que ni tiene, ni tiene por qué tener. No habiendo levantado un dedo contra el franquismo, los neocom españoles tratan hoy de limpiar sus conciencias con toda su ansia.
Pero además de un pasado que no tiene, la izquierda neocom se enfrenta a un presente que le perturba; convertida en poder mediático desde la Transición o instalada desde marzo de 2004 en la alfombra y la subvención, en el Audi oficial y los desayunos en el Palace, hoy constituye un Poder con mayúsculas. Esquizofrénica, usa la dialéctica de la oposición al poder, pero de suyo no tiene la más mínima intención de abandonar los placeres pequeñoburgueses que éste le ofrece.
Enfermos de bastardía política, buscando dotarse obsesivamente de una biografía que no poseen y con remordimientos por constituir la nueva aristocracia mediático-política, los neocom españoles se inventan la historia; la suya y la de los demás. Ven ogros en cada molino, y advierten contra el poder y la derecha; y sin saber muy bien por qué, se abrazan alegres a todo aquel que les suene a revolucionario, da igual Arnaldo Otegi, Hugo Chávez o Ahmadineyad. Sin doctrina, sin historia, se muestra histérica ante la derecha liberal y conservadora, que le recuerda la superioridad de unas ideas de las que viven pero a las que odian. Hoy, los neocom españoles buscan en la derecha escapar de sí mismos. Saldría más barato el diván. Por lo menos para los demás.GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

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