martes, marzo 20, 2007

GEES, Llamazares y los criminales

martes 20 de marzo de 2007
Cuba e Irak
Llamazares y los criminales
GEES

Castro y su dictadura devoran desde hace cincuenta años a los hijos de Cuba, convirtiendo a la isla caribeña en el burdel de todos los degenerados del mundo. Es la misma dictadura que acogió calurosamente a Llamazares en sus estudios de postgrado.

En los últimos días, cada vez que el Gobierno de Zapatero boquea buscando oxígeno tras sus fracasos en el proceso de negociación con ETA, el presidente saca histérico el tema de Irak. Justo un día después de que lo hiciera Zapatero, ha sido Gaspar Llamazares quien ha anunciado de manera entusiasta la necesidad de llevar a José María Aznar a los tribunales por "crímenes de guerra" junto a Bush y Blair. Que a la izquierda se le ocurran estas cosas está dentro de lo posible, observando la enorme profundidad de sus propuestas y toda vez que "contra Aznar vivíamos mejor". El estupor lo produce el que lo haga Llamazares.
Y es que el líder de Izquierda Unida ha abierto la boca precisamente el día después de que las Damas de Blanco, las mujeres de los presos políticos cubanos, denuncien una vez más la represión de Castro en la isla. Hay que tener valor. Llamazares, el de los vínculos ideológicos y profesionales con la dictadura castrista, el "líder" que tiene en el gulag cubano el modelo democrático para España, acusando de crímenes a los demás. Mientras lo hace, políticos, periodistas y empresarios se pudren a la sombra de los colegas de Llamazares, sin que a éste le importe demasiado su suerte.
Como hiciera Saddam, Castro y su dictadura devoran desde hace cincuenta años a los hijos de Cuba, convirtiendo a la isla caribeña en el burdel de todos los degenerados del mundo. Es la misma dictadura que acogió calurosamente a Llamazares en sus estudios de postgrado. Queremos creer que Llamazares no vio desde la ventana que el régimen le ofrecía la miseria y la pobreza que Castro extendió por Cuba desde que llegó al poder. La misma miseria y la misma pobreza que Llamazares defiende para cubanos e iraquíes, pero que jamás quisiera para sí mismo, tan bien acostumbrado está a la democracia capitalista y sus burgueses placeres.
Llamazares proporciona de vez en cuando momentos de jolgorio a propósito de su obsesión con Aznar, como cuando en la Comisión del 11-M lo llamó "señor presidente". Otras veces da espectáculos tan lamentables como el que ahora comentamos: Llamazares, el defensor e invitado de Castro, el heredero del partido de Paracuellos, el defensor del régimen saddamista que gaseaba kurdos y chiíes a discreción, hablando de denunciar a alguien por connivencia con el crimen.
Pero ni siquiera podemos meternos con Llamazares por la ideología totalitaria que dice defender, porque su actitud política tampoco parece inmune a las críticas de los suyos. En poco tiempo está conduciendo al desguace al otrora potente partido comunista, algo de lo que nosotros nos alegramos, pero que espeluzna a sus correligionarios. Éstos ven al PCE convertido en el apéndice sectario del Gobierno de Zapatero, en el mazo bronquista del PSOE. Y es que lo más triste de Llamazares no es su defensa de regímenes corruptos y criminales y su alergia a la democracia. Lo más triste es que lo hace por encargo. Cosas del capitalismo y del libre mercado.GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.

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