domingo, marzo 11, 2007

Agapito Maestre, La irrupcion de la libertad

lunes 12 de marzo de 2007
Manifestación del PP
La irrupción de la libertad
Agapito Maestre

En realidad, las palabras de Rajoy son el eco político de las de Don Quijote a Sancho: "La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos."

Don Quijote volvió a salir a la calle el sábado e inspiró a Rajoy su pensamiento más certero: "Somos una voluntad en marcha." Pase lo que pase seguiremos como el junco en la ribera. No nos moverán. No nos expulsarán del espacio común de todos los españoles: España. Sin embargo, el Gobierno de Zapatero volverá a despreciar a millones de ciudadanos porque exigen libertad e igualdad para todos los españoles. Sí, volverá hacerlo, primero, porque no tiene otro objetivo que no sea enfrentar a los ciudadanos para desmembrar España; segundo, porque su "política de exclusión" y marginación de media España, siempre acompañada de imágenes tan arbitrarias como unitarias de la sociedad, así se lo exige.
El Gobierno seguirá, pues, mintiendo sobre el único proceso democrático existente hoy en España: la lucha por el reconocimiento de que todos los españoles sean libres e iguales ante la ley, que iniciado el 22 de enero de 2005, la primera gran cita de los españoles en el espacio público para que De Juana Chaos no fuera excarcelado, tuvo en el acontecimiento del sábado una de sus máximas representaciones. Mentirá, sí, pero no podrá parar esta rebelión cívica, esta revolución democrática, para que España siga siendo España. Es una lucha quijotesca, desde abajo, desde la sociedad civil más desarrollada representada por las asociaciones de víctimas del terrorismo, que ha ido ascendiendo hasta las elites políticas del PP sin que ya nadie pueda detenerla. Rajoy no es todavía un gran hombre de Estado, pero el sábado dio el primer gran paso para serlo, porque recogió con precisión, inteligencia y sentimiento el grito quijotesco de los españoles: queremos ser libres. Nadie nos excluirá del suelo de la libertad: España.
Don Quijote, el pueblo español, ha irrumpido, ha entrado festiva e intempestivamente en el mundo cerrado y excluyente de Zapatero y los suyos movido por un sentimiento de libertad, de rebelión, que ya nadie puede parar. Por lo tanto, más que aprendido y pensado, Rajoy ha hecho suyo el discurso quijotesco, la filosofía más grande de España, el pensamiento de un loco genial, y repitió en la plaza de Colón: "Somos una voluntad en marcha". En realidad, las palabras de Rajoy son el eco político de las de Don Quijote a Sancho: "La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos." Contra ese don, casi un asunto divino, no podrán las mentiras, los engaños, los dosieres, las calumnias y los enjuagues "políticos" del gobierno de Zapatero con los terroristas. Los socialistas volverán a negar la libertad de los españoles, pero éstos no cesarán de luchar por su reconocimiento, porque quien ha disfrutado de la libertad no está dispuesto a perderla.
La lucha continuará, obvio, y será cada vez más dura. He ahí el otro gran mensaje de quienes estuvieron presencial o espiritualmente el sábado en Madrid: la libertad es conquista y supuesto, lucha y disfrute, acción y pensamiento. La manifestación del sábado es una escuela de aprendizaje democrático que nos trae siempre más y mejor libertad. Posiblemente, el Gobierno mañana mirará para otro lado, pero el mundo entero ya lo está juzgando por ser el más antidemocrático, sectario y excluyente de los gobiernos de Europa. La manifestación del sábado es un parte-agua en la política española, y quizá también en la europea, porque nadie en Europa conoce tales movilizaciones democráticas.
Esperemos que, por fin, el PP se crea que representa uno de los partidos más importantes de la sociedad europea. Sí, pocas, quizá ninguna, formaciones políticas en Europa serían capaces de organizar un acontecimiento político de la importancia del vivido el sábado en Madrid. Los periodistas extranjeros y los observadores imparciales asistente estaban entusiasmados ante el espectáculo democrático de miles de personas exigiendo no derechos, sino algo más importante: el derecho a tener derecho de no ser excluido de su suelo común, de su nación, de su patria.

No hay comentarios: