Ladron de Guevara, Escrúpulo

jueves 2 de octubre de 2008
Escrúpulo

Ernesto Ladrón de Guevara

L A Real Academia de la Lengua define la voz “escrúpulo” como “Duda o recelo que punza la conciencia sobre si algo es o no cierto, si es bueno o malo, si obliga o no obliga; lo que trae inquieto y desasosegado el ánimo”. Y eso es precisamente de lo que carece Ibarretxe y sus acólitos. Primero porque carece de conciencia, puesto que si la tuviera no haría muchas cosas que son indudablemente inmorales, a la luz del sentido común que es lo que dicta la razón. Como es el caso de la política lingüística, o el tratamiento que reciben los mercenarios del entorno etarra, o en materia de gestión del dinero que aportamos los contribuyentes para la promoción del bien común, etc. Serían muchos más los temas que se podrían mencionar, pero, para no alargarnos en la exposición, basten éstos de momento.

Por ejemplo: leo en un prestigioso periódico, edición de las Vascongadas que el Gobierno Vasco gastó 160.000 euros en enviar a los ciudadanos 1,6 millones de papeletas de la consulta.

Ustedes recordarán probablemente que Vistazo a la Prensa, a instancias de este humilde servidor, denunció la distribución de las papeletas de voto de la dichosa consulta en vísperas de la suspensión cautelar de la ley de consulta dictada por el Tribunal Constitucional. En el momento de dictar auto de suspensión aún no habían llegado las papeletas a muchos domicilios. Y en un artículo yo criticaba el hecho de que habiéndose recurrido esa ley por el Gobierno de España el Gobierno vascongado incurriese en acto manifiestamente sedicente al remitir las papeletas de voto a los domicilios.

Pues bien, aquí tienen los gastos en los que el Gobierno Vasco ha incurrido con cargo al dinero de los contribuyentes a sabiendas de que la consulta iba a ser declarada ilegal:

• 12.787 euros en elaboración e impresión de los sobres.
• 10.095 euros en la impresión de las cartas.
• 7.041 euros en la impresión de 1.630.000 papeletas de voto
• 31.377 euros en ensobrarlas.
• 97.800 en el reparto por los buzones.

Total 160.000 euros para nada, como si los tiráramos por la alcantarilla. Y eso en pleno proceso de recesión económica y con el mayor desempleo de la Unión Europea que nos afecta a todos los españoles.

Hemos de recordar que ese dinero procede del bolsillo del conjunto de los españoles como efecto de la ley de Cupo que inhibe a los vascos de contribuir a los gastos comunes.

¿Este tipo de hechos supone la calificación de prevaricación?

¿Sería un fraude de ley?

¿Se podría calificar como desacato en grado de intención?

En cualquier caso es un gesto inmoral y deshonesto pues el dinero público debería ser gestionado como lo que es: dinero de todos y por tanto sujeto a criterios de utilidad pública, y sometido al principio de jerarquía en las necesidades colectivas y de bien común. El uso del dinero de los contribuyentes para fines partidistas o electorales sería considerado como malversación económica en cualquier país democrático.

En definitiva, es una vergüenza colectiva el que se permita este tipo de cosas y que se hagan sin censura de ningún tipo, con consentimiento general, puesto que parece que apenas ha suscitado críticas, salvo en lo referido al periódico que da píe a estas reflexiones.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4843