jueves, octubre 23, 2008

Javier Gurruchaga, Más que un desencuentro

Más que un desencuentro

24.10.2008

XABIER GURRUTXAGA

L as discrepancias entre PP y UPN van mucho más allá de un mero desencuentro coyuntural, expresado con motivo del debate sobre los Presupuestos. Aunque ése sea el envoltorio, todo apunta que nos encontramos ante una operación de un gran calado que puede remover algunos de los cimientos de la actividad política en Navarra. Una reflexión estratégica que busca, creo yo, dotar a la formación navarrista de una mayor autonomía de decisión tanto en lo que respecta a la gestión de la situación política interna como en lo que tiene que ver con una intervención directa y propia sobre la 'cuestión Navarra' en las instituciones centrales del Estado, de tal manera que UPN pueda ejercer una capacidad de actuación suficiente como para articular un discurso propio en Madrid al margen de la dinámica de confrontación que les toca jugar por 'imperativo democrático' a socialistas y PP.
Una autonomía en el análisis y en la reflexión que les permita situar y proteger con carácter preferente los intereses de la formación de Miguel Sanz, y que, además, contempla la confrontación de intereses con el PP como perfectamente posible. Sencillamente porque las necesidades políticas de unos y otros son distintas. Ello significa admitir que, en contra de lo predicado hasta ahora, en una situación política determinada, algo que resulte bueno y necesario para UPN constituya un auténtico problema y una enorme dificultad para el PP, y viceversa. Miguel Sanz ha expresado con claridad ese modelo de relación igualitaria, al referirse a la eventualidad de una nueva propuesta de pacto entre UPN y PP, cuando afirma que «cualquier nueva formulación será analizada y mirada con lupa, porque no vamos a consentir que se nos quiera hacer desaparecer del mapa tratándonos como una sucursal».
Pero además, el presidente de UPN se ha atrevido a afirmar en público que las necesidades políticas del PP en España son distintas a las necesidades y a los intereses que tiene UPN en la comunidad foral. Eso nos señala cuando afirma que la línea de confrontación principal en Navarra no es entre «socialistas y populares, sino entre constitucionalistas y nacionalistas», y por eso explica que la abstención de UPN ante los presupuestos tiene como objetivo afrontar de manera unitaria la crisis, pero también impedir que Nafarroa Bai llegue al poder mediante un acuerdo con el PSN en torno a una moción de censura. Está tan seguro de esta reflexión que se permite cerrar su análisis con la siguiente conclusión, ciertamente demoledora: «quien no entiende eso es que no entiende nada en Navarra».
En este escenario que dibuja Miguel Sanz, los socialistas constituyen la otra pata sobre la que se construye la alianza estratégica que vincularía a UPN y PSN en torno a cuestiones básicas como podrían ser el futuro político de Navarra y la gobernabilidad de sus instituciones, de tal forma que los socialistas queden, por decirlo de alguna manera, neutralizados políticamente sin la autonomía y el margen de maniobra suficiente como para articular en la comunidad foral mayorías sociales y políticas nuevas y alternativas en las que tengan entrada, desde el inicio, aquellas expresiones políticas que defienden también la dimensión vasca de la sociedad navarra.
Reflexiones de calado que dibujan un marco de relaciones con los socialistas radicalmente distinto al modelo vigente en el conjunto del Estado, basado en la dinámica de confrontación entre Gobierno y oposición. Es por ello por lo que el desencuentro vivido con el PP con motivo de los Presupuestos se puede convertir en mera anécdota en el supuesto de que se profundice en la línea que apuntan las reflexiones de los dirigentes de UPN.


http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20081024/politica/desencuentro-20081024.html

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