Los platillos de la balanza
M. MARTÍN FERRAND
Jueves, 02-10-08
SUELEN preocuparnos mucho, demasiado, las cuestiones relativas a la simetría de las formas y las ideas. Es como si no fuera imaginable la belleza sin un eje central o la justicia resultara imposible, como trata de demostrar la concupiscencia política al uso, sin que los dos platillos de su balanza fueran idénticos en forma y tamaño. La obsesión es vieja y viene dejando huellas de su existencia desde Altamira a nuestros días. En vísperas de la Guerra Civil, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, un ilustre catedrático de Derecho Político, Manuel Martínez Pedroso -duramente represaliado después por su militancia socialista-, entregaba los premios fin de carrera correspondientes. Llevado por la tentación de confundir el equilibrio con la equidad, dijo el prócer: «Hemos dado un premio a uno de derechas y otro a uno de izquierdas; nadie podrá decir que somos parciales».
El premiado de la derecha se sintió agraviado en su calidad de imagen especular del de la izquierda y replicó: «Hay parcialidad: yo ofrezco un expediente inmejorable y el del agraciado de la izquierda es impresentable». Y se quedó tan ancho con su asimétrica puesta en valor. Se trataba de un viejo periodista, ya desaparecido, que durante muchos años fue corresponsal en Roma de RTVE y, vuelto a casa, dirigió TVE en Andalucía: Francisco Narbona. Me divierte la evocación porque, en una extensión mundial del síndrome simétrico y en aplicación de la ley de la compensación constante -dos fuerzas que nos entontecen-, la hija de aquel buen periodista, falangista abnegado y hombre de bien, Cristina Narbona, ha sido distinguida por la revista Time entre los treinta y cinco «héroes del medio ambiente» que «están cambiando el mundo». Hablar de ecología cuando está en juego el primum vivere y el mundo se retuerce en crisis es excéntrico y caprichoso, pero descansa y compensa la contemplación de la actualidad.
La ex ministra española de Medio Ambiente, de donde salió fulminada por José Luis Rodríguez Zapatero, más amante del pasado histórico que del futuro ecológico, es equiparada en el singular cuadro de honor de «líderes y visionarios» del semanario norteamericano con el muy conservador Arnold Schwarzenegger y la extremadamente izquierdista brasileña Marina Silva. Otra vez, a escala global y sin parcialidad, ese hábito simétrico que tanto me inquieta en la medida que niega la individualidad y nos condena a los seres humanos, como a los miembros de la Guardia Civil o a los huevos fritos, a circular por parejas. Ignoro si en su destino actual -embajadora de España ante la OCDE, en París- la ministra que apuntilló el Plan Hidrológico Nacional o sacralizó el Protocolo de Kyoto se sienta pieza compensada por su sucesora, Elena Espinosa, que es simétrica de la misma manera que lo son los gases nobles.
http://www.abc.es/20081002/opinion-firmas/platillos-balanza-20081002.html
miércoles, octubre 01, 2008
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