viernes 3 de octubre de 2008
DESDE MI VALLE
Al funcionario Borbón tambien le suben el sueldo un 2,7%
A pesar de Wall Street, de las penosas perspectivas laborales y de un euribor que parece Derek por lo macizo que se nos está poniendo, hay una familia española que no va a notar la crisis.
Los austeros Presupuestos Generales del Estado para el 2009, anunciados a todo trapo por el ministro Solbes, congelan el sueldo del Gobierno, dejan con respiración asistida la ley de dependencia y se cargan las entidades colaboradoras que prestan asistencia sanitaria en grandes empresas, pero eso sí, le suben el sueldo a la casa real.
No digo yo que no lo necesite, al fin y al cabo, el recibo de la luz ha subido un 16,6% - el triple, por cierto, de lo que anunció Miguel Sebastián - y en La Zarzuela debe haber bombillas para parar un tren; eso sin contar con el gasto de calefacción, que a pesar de la bajada del petróleo, le debe de salir a Don Juan Carlos por un pico de los gordos, pero no parece de muy buen gusto anunciarlo justo cuando el resto de los mortales nos encontramos en plena batalla campal con los recibos del colegio de los nenes y los ahorrillos reducidos al tamaño de un cacahuete por las vacaciones y por el gasto extra de papel higiénico que conllevan los análisis a medio plazo de los expertos económicos, que auguran, entre otras lindezas, un paro del 14% a fin de año y una recesión de agárrate y no te menees.
Claro que también puede suceder que esto no sea mas que una hábil maniobra de este Gobierno, que es de un republicanazo que tira de espaldas, para que le cojamos tirria a la familia real.
Si esto fuera así, hay que decir que lo ha conseguido: muy monárquico hay que ser para enterarse de que a partir del uno de enero, la familia Borbón-Grecia contará con un sueldete de 124 milloncejos de las antiguas pesetas al mes, y no rayar el parqué flotante con los dientes de pura envidia cochina.
No es de extrañar que Marichalar tenga la mala cara que tiene. A usted y a mí seguro que también se nos ha puesto... a menos que usted sea Botín, en cuyo caso aprovecho para mandarle un cordial saludo, ponerme a sus pies y ofrecerle mi casa, que por cierto es la suya hasta que cancele la hipoteca o la hipoteca me cancele a mí, que es lo más probable teniendo en cuenta el panorama gris marengo que se nos presenta a casi todos los que hemos tenido la mala suerte de nacer con la sangre tan roja como los números de cualquier cuenta corriente, vulgar y plebeya
http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=87946
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario