martes, septiembre 25, 2007

Marcello, Rouco y Aguirre apoyan al agresor del Rey

miercoles 26 de septiembre de 2007
Rouco y Aguirre apoyan al agresor del Rey

La campaña desatada por los nacionalistas con el Rey Juan Carlos, con la quema de fotos del monarca y llamamientos a favor de la República, ha encontrado en la COPE, la cadena de radio de la Conferencia Episcopal Española, y en destacados dirigentes del PP un apoyo inusitado. En la COPE por boca de su primer comunicador y el conductor de La Mañana, Federico Jiménez Losantos; y en el PP con la especial aportación del eurodiputado popular Luis Herrero, y las ayudas que a este clan mediático (en el que la mano que mueve el trono del Rey no parece otra que la de Pedro J. Ramírez) no cesan de darles la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, y el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, todos ellos inmersos en una operación para controlar en el PP la posible sucesión de Rajoy.
Ayer Jiménez Losantos volvió a relanzar en la COPE su campaña a favor de la abdicación del Rey en el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, al hilo del libro que había presentado el día anterior de su colega Luis Herrero, en el que se lanzan insidias contra la Corona y el ex presidente Adolfo Suárez, quien no está en condiciones físicas ni mentales de desmentirlo, asegurando que Suárez le habría pedido al Rey que dimitiera por supuestos escándalos económicos y poniendo en duda la actuación del monarca en el golpe del 23F.
Naturalmente, todo esto podría quedar reducido al ámbito de un chismorreo irresponsable por parte de dos periodistas enloquecidos que no son de fiar, si no fuera porque detrás de todo ello, y especialmente en la COPE, está la Conferencia Episcopal, donde los cardenales Rouco y Cañizares aparecen como los grandes protectores del predicador e insultador que es Federico Jiménez Losantos, que no se para en barras, personas o instituciones y que ha convertido la emisora en palanca de sus negocios privados, donde, por otra parte, aparece la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, como benefactora o financiadora (con concesiones de licencias de televisión y toda clase de ayudas) de este personaje que insulta al Rey con la misma alegría y beligerancia con la que J. Losantos le hace a Aguirre todo el trabajo sucio —desde la COPE— contra el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, su adversario en la carrera por el liderazgo del PP.
Para completar el panorama ha entrado en liza, contra el Rey y contra el ex presidente Adolfo Suárez, el eurodiputado del PP Luis Herrero, impuesto en la lista europea de este partido por José María Aznar, lo que le permite al PSOE afirmar que desde el PP se está atacando al Rey, cuando en el PP se estaba acusando a los socios de Zapatero en la Generalitat, la Esquerra Republicana, de abanderar una campaña contra el monarca.
Siempre se ha dicho que la III República la traerán a España la burguesía (para empezar, la nacionalista) y las clases medias, pero esta vez, el ataque a la Corona cuenta con el sorprendente apoyo de la Conferencia Episcopal (y en consecuencia del Vaticano), donde su presidente Blázquez mira hacia otra parte, y donde los cardenales de Madrid y Toledo, Rouco y Cañizares, aparecen como grandes avalistas de Jiménez Losantos y, por tanto, de sus demenciales ataques al Rey. En los que propugna la abdicación del monarca en el Príncipe Felipe, como si en las circunstancias actuales el Príncipe de Asturias fuera la solución a una crisis política e institucional, que según el predicador de la COPE es incapaz de atajar el Rey.
Pero lo que no sabíamos es que también el PP, o un sector del partido que se autocalifica como liberal y que representa a la extrema derecha, estaba en la primera línea de ataque al Rey, como ocurre con Esperanza Aguirre, Eduardo Zaplana y Ángel Acebes, los tres que han fomentado las ayudas a los negocios privados y el liderazgo radiofónico de Jiménez Losantos. Y de especial manera la presidenta de Madrid, que tiene al predicador como su ideólogo y “guardaespaldas” mediático particular —van del brazo hasta a los toros—, sabedora ella, que es la condesa consorte de Murillo, del odio visceral que su protegido y financiado está liderando contra el Rey y en favor del Príncipe, al que Aguirre acaba de ofrecer la medalla de oro de la Comunidad de Madrid.
En la misma banda de apoyo al predicador y promotor de la abdicación del Rey están Eduardo Zaplana, costalero de Aguirre y ayudante de J. Losantos (Zaplana fue la persona que metió a Paco Hernando, el Pocero de Seseña, otro “amigo del Rey”, como socio de Libertad Digital) y Pedro J. Ramírez, jefe de la banda de la bencina del PP, que por lo que se ve no se conforma con la abdicación del Rey, sino que quiere la de Rajoy a favor de Aguirre, una vez que les falló la operación Rato —en la que El Mundo puso toda la carne de Rajoy en el asador, aparcando a Aguirre—, una vez que el PP pierda las elecciones frente a Zapatero. Algo que todos éstos dan por cierto, entre otras cosas gracias a los medidos apoyos de Pedro J. al presidente del Gobierno, al que cariñosamente llama el “iluso”.
Un Pedro J. Ramírez que quiere ser marqués consorte de Castelldosrius y grande de España, y que desempeña en la COPE el papel de moderado frente a J. Losantos, montando un teatrillo con previo reparto de papeles, porque en su diario el predicador se explaya contra el Rey (puede que por ello Alfonso Ussía no quiera sustituir a Umbral). De la misma manera que ha sido la editorial de El Mundo la que ha publicado el libelo de Herrero contra el monarca y Suárez. Así, Pedro J. tira la piedra, esconde la mano, juega a Rato y Aguirre, espera el marquesado firmado por el Rey, y se olvida de aquella portada del diario El Mundo en la que denunció a una presunta amante del Rey. Como Herrero no recuerda aquella otra portada de los “almendros en flor” en el diario Mediterráneo, reproduciendo la señal (que lanzó el periódico El Alcázar) para el inicio del golpe de Estado.
Naturalmente, Rajoy, como siempre, está a verlas venir y le dice al hijo de Suárez que Herrero no volverá a ser eurodiputado, cuando lo que tenía que hacer el presidente del PP es pedirle el acta con la que el falso periodista se busca una suculenta jubilación. Pero eso es mucho esfuerzo para Rajoy, a quien, un día sí y otro también, le crecen los enanos (y las enanas) y ya no sabe qué hacer salvo esperar que Zapatero se desfonde y le caiga a él, del cielo, todo el poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Diario Mediterráneo, de Castellón, era de la Cadena de Periódicos del Movimiento.......