jueves 27 de septiembre de 2007
Poco ‘Público’
No hubo sorpresas, el nuevo periódico de pretendido alcance nacional que, bajo la cabecera de Público, edita un sector del grupo editorial en el que se integran La Sexta, cadena de televisión, y la productora Mediapro, ha defraudado a propios (del PSOE) y a extraños, a la vista del que debería de ser su emblemático y muy cuidado número uno. Aunque habrá que esperar a ver cómo se desarrolla y si se consolida un proyecto que parece haber salido para echar una mano a Zapatero en las elecciones, fustigar al PP y bajar los humos a Prisa y a su poderosa flota mediática, que ya sufre la guerra del fútbol, pero que ayer habrá esbozado una maléfica sonrisa al ver el rostro y el contenido de su presunto competidor. Y lo mismo pensará el resto de los editores, directivos y propietarios de la gran prensa nacional, a los que quizá sólo les preocupa el posible efecto del precio (0,50) que, a la vista de la oferta, quizás debió ser más bajo.
El nuevo diario parece inspirado —bastante mal, por cierto— en El Periódico de Catalunya, que también intentó un desembarco en Madrid y fracasó. Y no cuenta entre su equipo directivo y de analistas con profesionales del primer nivel, lo que sorprende porque una aventura de estas dimensiones obliga, aunque se trate de un periódico populista, a ciertas cotas de calidad. Y ello por más que se nos quiera contar o repetir el cuento chino de que la política aburre y que los ciudadanos buscan otras cosas —que ya tienen en la prensa gratuita, la deportiva, la del corazón o en internet— y otra manera de contar la actualidad.
Naturalmente, el Público puede mejorar y rectificar equipos y errores de planteamiento y, al final, serán los lectores los que den el último veredicto. Pero en su despegue no hemos visto novedad, sino otro medio al servicio de Zapatero, con poca empresa (que imaginamos querrán completar con ayuda del Gobierno) y escasa musculatura editorial que pretende —dicen ellos— ocupar un lugar en la izquierda a la sombra de El País, lo que está por ver. Y, aunque siempre es bueno que existan más medios de comunicación, mejor sería que los nuevos medios aportaran más libertad e independencia, al servicio de la obligada función de “contrapoder” que la prensa siempre debería ejercer en la sociedad. Algo que, lamentablemente, en España no se lleva, y menos aún en precampaña electoral.
miércoles, septiembre 26, 2007
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