viernes, septiembre 07, 2007

Luis Pousa, La mar de pillos

viernes 7 de septiembre de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIN FILTRO
La mar de pillos
La reserva pesquera de Os Miñarzos en Lira (Carnota) es un ejemplo de lo mucho y bien que se puede hacer en las rías gallegas para la conservación y explotación de especies adaptadas al medio marino, cuando se cuenta con una cofradía de pescadores consciente de lo que hay y con una clara visión de cómo se deben gestionar recursos pesqueros escasos, cuyos ciclos biológicos han de ser respetados escrupulosamente, pues de ello depende la viabilidad de la actividad pesquera y, lo que no es menos importante, la calidad de esos pescados y mariscos.
El paso dado en MardeLira representa un cambio cultural y económico destacable, en cuanto los marineros implicados añaden a su función extractiva la de repoblación y control, superando así el estadio depredador primitivo, por desgracia todavía dominante en el sector pesquero, a escala planetaria. En otras palabras: éste es un claro ejemplo de sostenibilidad, de lo que puede ser una pesca de bajura sostenible.
Estas son las iniciativas que merecen las máximas atenciones de la Administración, y no aquellas otras ancladas en el viejo modelo depredador, que ni siquiera son capaces de respetar las vedas y hasta hacen el doble juego de favorecer, si no practicar, el furtivismo. En cierta medida, ese lamentable estado de cosas favorece la proliferación de piscifactorías, y que el proceso de sustitución de la pesca por la acuicultura continúe avanzado en detrimento de aquélla y de la calidad de los productos.
En tales circunstancias, las subvenciones juegan un papel perverso; en lugar de ayudar a solventar los problemas que aquejan a la pesca y al marisqueo lo que hacen es reproducirlos. En realidad, actúan como un incentivo a las malas artes y las malas prácticas, pues cuanto peor vaya la cosa mas ayudas recibirán del sector público, para acallar sus protestas, quienes son los responsables -directos o indirectos- de esa ruina.
Hay la mar de pillos y a nadie le interesa más que a los pillos que las cosas sigan como están. Desde luego, resulta impensable que de ellos salgan las soluciones que, de verdad, no desean. Por eso mismo, la única forma que tiene la Administración para empezar a romper ese círculo vicioso, allí donde éste anida, es hacer las cosas bien.
En ese sentido, el saneamiento de las rías es cuestión prioritaria. Y hay que congratularse de que la Consellería de Medio Ambiente se haya marcado el objetivo de que todos los municipios costeros tengan depuradora y que todas ellas estén licitadas antes de que finalice este año. Según un estudio, confeccionado recientemente por la Consellería, en Galicia existen 4.500 puntos de vertido, cuyo destino final es el mar.
El saneamiento de las rías fue una de las asignaturas pendientes del Gobierno anterior. Promesa siempre destacada en los programas electorales del PPdeG, pero nunca cumplida pese a que la contaminación por presencia de los coliformes fecales obliga a mantenerlas cerradas al marisqueo.
Así están las cosas, y, por lo mismo, la Consellería de Pesca actúa responsablemente al no permitir marisquear en condiciones en las que el grado de contaminación por coliformes u otras sustancias nocivas supera los límites admitidos, y el consumo de esos mariscos constituye un serio riesgo para la salud de los ciudadanos. Nada que objetar.

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