martes, septiembre 04, 2007

Jose Oneto, Rajoy, en su peor momento

martes 4 de septiembre de 2007
Rajoy, en su peor momento José Oneto

Mariano Rajoy está viviendo su peor momento político desde que fue designado líder del Partido Popular por José María Aznar un año antes de las elecciones generales del año 2004.
Este declive de Rajoy, que comenzó después del último debate sobre el estado de la nación, se produce además en un comienzo de curso que tiene que terminar en unas nuevas elecciones generales en el mes de marzo que, según los sondeos, puede ganar Rodríguez Zapatero.
Las primeras encuestas de esta larga campaña electoral que abrió ayer Zapatero con unas declaraciones al periódico El País llenas de lugares comunes y con un mitin electoral en León, adelantan una victoria socialista por un pequeño porcentaje (punto y medio, lo que seria un empate técnico), según el sondeo que publica el periódico El Mundo, cercano al PP, o por cuatro puntos y medio, según el sondeo de la cadena SER, cercana a los socialistas.
Ambas encuestas coinciden en que la mayoría de los españoles creen que en marzo ganara el PSOE y que la valoración de Mariano Rajoy, por debajo de la de Zapatero, ha vuelto a empeorar, hasta el punto de no alcanzar el aprobado.
Pero lo más sorprendente es que los españoles valoran mejor a Alberto Ruiz-Gallardón y a Rodrigo Rato para encabezar las listas del Partido Popular que al propio Rajoy, que parece haber entrado en una situación crítica de la que no sabe cómo salir.
Las especulaciones en torno al futuro político de Rodrigo Rato, que abandona este mes la dirección general del Fondo Monetario Internacional (FMI); las sucesivas peticiones de Alberto Ruiz-Gallardón de acompañar a Rajoy en las listas electorales por Madrid, que han provocado airadas reacciones por parte del “aparato popular”; la insistencia de Manuel Fraga, presidente de honor del partido, en abrir la sucesión dentro del partido (reiterada de nuevo este fin de semana), y la resistencia de Rajoy a introducir cambios en la cúpula del partido, así como a convocar ningún tipo de congreso o de convención, han colocado al presidente del Partido Popular en el peor momento político de su larga carrera. Precisamente cuando más apoyos deberían tener y más unido tendría que estar el partido que preside.
A seis meses de las elecciones generales, y en un escenario en el que el presidente del Gobierno ha iniciado un largo proceso de rectificación que responde más a intereses electoralistas que a un cambio de política y de objetivos, el liderazgo de Rajoy no sólo esta siendo discutido dentro del partido sino que, en algunos círculos, se habla claramente de substitución, en unos momentos en que esa substitución es prácticamente imposible e incluso suicida.
Escribía ayer acertadamente Pablo Sebastián que entre todos los destrozos que durante la legislatura ha causado el presidente del Gobierno, lo mejor que le había salido era la oposición que ha venido realizando Mariano Rajoy. Y es verdad.
Rajoy, refugiado en el argumento que las únicas encuestas validas son las que salen de las urnas en unas elecciones y que el Partido Popular ganó las últimas elecciones municipales, no ha querido comentar los catastróficos resultados que arrojan los primeros sondeos y ha insistido en que lo único que le preocupa es la redacción del programa electoral, al que piensa incorporar a toda una serie de notables y que el presidente del Gobierno cumpla su palabra de que no gobernará si consigue menos votos que él.
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