jueves 27 de septiembre de 2007
¿Donde está Birmania (Myanmar)? Inocencio Arias
Los birmanos no tienen suerte. Llevan padeciendo casi 20 años una Junta Militar que pisotea los derechos humanos y ahora Bush recalca esa penosa situación en la ONU y pide que se actúe. Mal asunto: cuando el presidente de Estados Unidos denuncia un problema las cejas se enarcan, la desconfianza entre la progresía occidental y en el Tercer Mundo se acentúa.
La realidad es que Birmania, actualmente llamada Myanmar, un país costero que limita con China, India, Tailandia, Laos y Bangladés, vive bajo uno de los regímenes menos presentables del mundo. Se gobierna con mano férrea, la oposición ha sido sofocada y su principal líder, la premio Nobel de 1996 Aung San Suu Kyi, ha pasado 12 de los últimos 18 años en la cárcel a pesar de las numerosas gestiones de la ONU, gobiernos de diversos países, etc.
La paciencia de la población, la chispa que ha desatado una serie de manifestaciones —100.000 personas en la capital, Rangún—, se ha agotado cuando, además, le han tocado el bolsillo. País con enorme potencial económico pero empobrecido en los últimos años, los birmanos han visto el precio de algunos combustibles multiplicarse por cinco en las últimas fechas y la subida en los transportes públicos ha sido tal que, según más de un observador, bastantes ciudadanos se van a ver en el angustioso dilema de comer o sacar el billete para ir al trabajo.
En la ONU, donde el execrable trato a la premio Nobel y el tema de los derechos humanos de Birmania se viene penosamente arrastrando desde hace años (con el sempiterno planteamiento de ¿hacemos algo o será contraproducente?), hay en estos días más discursos condenatorios. Sarkozy ha estado enérgico, la Merkel también se ha unido seriamente a las protestas y la posibilidad de que se endurezcan las sanciones contra la Junta, la UE ya impuso algunas, se abre camino. La clave del problema no parece estar en Occidente sino en las potencias orientales, que muestran una curiosa división. India se manifiesta “preocupada”; China, la que tiene mayores inversiones gasíferas, obras públicas, etc., pide calma y moderación a la Junta pero hasta ahora no está muy activa, y Rusia, sorprendente y ponciopilatescamente, dice que es un “asunto interno” que no pone en peligro la paz internacional. Un espectáculo poco edificante para los que creen en Naciones Unidas y en el papel que en él desempeñan las grandes potencias.
Para algunos, las gestiones de China podrían influir en la Junta Militar, cuyo líder se niega a tratar con Sun Kyi, justamente la persona que, al parecer, por su prestigio, podría traer la calma.
miércoles, septiembre 26, 2007
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