jueves 6 de septiembre de 0207
Viviendas ‘pa tos’ Ignacio del Río
Como en los dibujos animados, “That is Folk”, ya empezó la diversión, la campaña ya llegó y las promesas están aquí. Un cuarto de pensiones, otro cuarto de vivienda, una puntita de medio ambiente, una pizca de fiscalidad y media taza de liderazgo. Los políticos han estado ensayando durante el verano. Zapatero, durante las noches de poniente en el Coto de Doñana, con la vista puesta en el Atlántico, mientras el lince del Parque y el fantasma de González, que se quedó a vivir con Doña Ana, le oían decir: “voy a subir todas las pensiones”. Y por lo bajini: “Otegi, dile a los de la capucha que no me estropeen el proceso”.
Rajoy cantaba “Aquí está el presidente”, mientras nadaba frente a Mar y Cielo en Sangenjo, acompañado por la barca fantasma, en cuyo puente brama Nelson Fraga: “el sustituto del sucesor es el sucesor del sucesor”.
Ibarretxe y Carod han hecho un dueto y no han parado de repetir “somos una nación/nació” en las tardes estivales de Gernika y del Roselló, en las que han peloteado con un balón de fútbol pintado con los colores de España.
Y Chaves ha escrito tres mil veces en el cuaderno de palotes de verano: “una vivienda pa tos”. Aunque luego, a la hora de contarlo, ha dicho que todos los que ganen menos de tres mil euros tendrán una vivienda, a lo que le han respondido desde Lepe que lo que quieren es ganar tres mil euros.
Por delante, seis meses de campaña, en los que veremos a Zapatero, el hombre de las tres piernas, corriendo, y a Rajoy junto a los ciclistas en el Alto de Abantos, dándoles aire en el último repecho con una bandera de España.
Entre declaración y declaración, la economía dando tumbos, como en el camarote de los Hermanos Marx, del que entra y sale Solbes, de vez en cuando, guiñando el ojo y pidiendo calma. Las hipotecas, la carne de pollo y los cereales para arriba y el empleo para abajo. Han parado el urbanismo y en Andalucía quieren aprobar una Ley que dé viviendas a todo el mundo, por lo que veras cómo se va a poner Despeñaperros, con toda la gente bajando para vivir en Sevilla. Ahora, lo que hay que hacer es viajar por España, con la guía Campsa en una mano y el Boletín Oficial de cada Comunidad en la otra, para recoger en cada sitio la promesa de cada Gobierno.
Para que no falte de nada, Laporta les dice a los políticos que no se escondan detrás de los clubes de fútbol y corrige a Pujol, que ha saltado al campo a darle oxígeno a Mas, que ni está ni se le espera. La manita del Madrid al Villarreal le ha hecho pupa y, como Gallardón en el PP, está presentado credenciales en CiU, por si lo de Mas sigue igual de mal.
Al final todo es cuestión de 40, algo que inició Franco con los 40 de Ayete. Cuarenta escaños, arriba o abajo. Quince en Andalucía, quince en Cataluña, cinco en Madrid y cinco en Valencia. Quien se los lleve, gana las elecciones y gobierna, porque en el resto de las provincias poco hay que rascar y el resultado se mueve menos que el caballo de cartón del fotógrafo de la Plaza de San Juan de Dios, por mucho que Rosa Díez y Savater salten al ruedo y se dediquen a darle pases a Zapatero, mientras el respetable les jalea y no les vota. El sistema es el sistema y el único pacto que cumplen los partidos es que hay que ahogar al nasciturus, no sea que tome cuerpo y haya que repartir las subvenciones. El otro acuerdo, que también cumplen, es que pueden subir las hipotecas, pero no pueden bajar ni los impuestos ni el gasto público, salvo en Marbella, ciudad en la que la alcaldesa se ha bajado el sueldo.
jueves, septiembre 06, 2007
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