lunes, septiembre 03, 2007

Florencio Dominguez, Bombas sin sentido

Bombas sin sentido
04.09.2007 -
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

Una vez cerrado el último episodio negociador del Gobierno con ETA, la banda se enfrenta al problema de determinar cuál es el sentido que tiene la continuidad de la violencia y cuál es el objetivo a corto y medio plazo que persigue, sabiendo que el propósito final de las armas es conseguir la independencia del País Vasco. El terrorismo pervive porque quienes lo practican perciben que tiene sentido y que es eficaz para su causa política. Cuando se ha perdido ese sentido es cuando dentro de las filas de ETA han aparecido voces que cuestionan la continuidad de las armas. Ahí está el caso de 'Pakito' y otros cinco presos críticos de hace tres años.Durante mucho tiempo, el objetivo a medio plazo del terrorismo etarra fue forzar una negociación política, con el Estado español, en la confianza de que en esa mesa conseguiría imponer sus reclamaciones políticas. Aquella estrategia tuvo un gran efecto movilizador en la base social de ETA e, incluso, en sectores más amplios del nacionalismo para los que la demanda del diálogo político, aunque se hiciera a tiros, parecía algo razonable.Cuando flaquearon las fuerzas de ETA, en los noventa, el objetivo a corto cambió y con él la forma de aplicar la violencia. Se buscó entonces formar un frente nacionalista que avanzara por la senda del soberanismo hacia la independencia, marginando a quienes no eran nacionalistas. Aquel intento también fracasó, aunque mucha de la chatarrería ideológica sobre la que se levantó todavía está en uso en una parte del nacionalismo. Al abrirse de nuevo las puertas a la negociación con el actual Gobierno, ETA y los suyos dejaron en el cajón del olvido los instrumentos frentenacionalistas que habían ido creando. Es el caso del Foro de Debate Nacional, tan activo en su momento y del que nada se ha sabido en los últimos tiempos. Los compañeros de viaje reclutados en los momentos difíciles fueron licenciados sin agradecerles los servicios prestados.ETA ahora tiene que decidir si la vuelta al terrorismo es para restablecer la negociación con el Gobierno dentro de algún tiempo o para volver a la tesis de la unión sagrada del nacionalismo. Puede optar por una cosa o por otra, pero si la otra parte no secunda sus iniciativas, el esfuerzo etarra será baldío y su violencia quedará sin sentido. ETA y su entorno lo saben y por eso las críticas más duras las están personalizando contra dos dirigentes políticos, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, porque perciben que sus discursos cierran el paso a una vuelta a la estrategia de unidad nacional y a la negociación, respectivamente. Si hay una actitud firme en el PNV y el Gobierno, la violencia de ETA quedaría sin sentido y en su seno se abrirían, a medio plazo, las puertas de la duda y de la crisis.f.dominguez@diario-elcorreo.com

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