miércoles, septiembre 26, 2007

Ferrand, Sindrome nostalgico

jueves 27 de septiembre de 2007
Síndrome nostálgico

M. MARTÍN FERRAND
UNA cosa es, como marca la prudencia, tener presentes los antecedentes de todo cuanto nos inquieta y afecta y otra, muy distinta, llegar a padecer tortícolis de tanto volver la vista atrás. En España, seguramente estimulados por la «memoria histórica» que, a falta de otras, esgrime José Luis Rodríguez Zapatero, prospera con alarmante virulencia un complejo de retrovisor que puede llegar a producirnos un encontronazo fatal con el futuro. Obsérvese el panorama. Justo cuando Manuel Pizarro, culminado su trabajo y después de haber multiplicado por dos y medio el valor bursátil de Endesa, hace mutis por el foro, con el debido retraso, suenan los aplausos y todos, incluso los que le denostaron, alaban y ponderan su talento y moderación, su capacidad de resistencia y su cintura.
Eso de mirar atrás, con o sin ira, no tiene excepciones en las distintas trincheras que integran la realidad nacional. Izquierda Unida quiere que el Congreso, con más de treinta años de retraso en el supuesto de que su iniciativa fuera algo más que una pataleta, apruebe la expropiación de los bienes que dejó en herencia Francisco Franco o, en curiosa sincronía, la Xunta de Galicia pretende que el Pazo de Meirás sea declarado de interés cultural para que mis paisanos, aunque sea de vez en cuando, puedan entrar a fisgar en el lugar en que, en su mejor momento, escribía Emilia Pardo Bazán.
Hasta la actualidad se retuerce el pescuezo para no mirar hacia donde debe. El País, con el máximo despliegue, publicaba ayer una curiosa exclusiva para desvelar «el acta» de la conversación entre George W. Bush y José María Aznar -el 22 de febrero de 2003- que sirvió de prólogo a la segunda intervención USA en Irak. ¿Por qué? El documento es todo un contraste histórico, pero sin mayores novedades sobre lo ya conocido. Sólo podría entenderse su oportunidad si se trata de confrontar la influencia de Aznar frente al presidente de los EE.UU. con la mínima apariencia de José Luis Rodríguez Zapatero en su reciente «conversación» con el líder americano. Si así fuera, la pieza es maestra y hasta serviría para valorar la aparición en el mercado de Público, un nuevo diario que cuesta la mitad y del que todavía es prematuro poder decir lo que vale. Sospecho que Mariano Rajoy será el primero en saberlo.
Una Nación, si es que todavía lo somos, que siempre mira hacia atrás está forzada a retroceder. Así lo quieren quienes, también en síndrome nostálgico contra el que conviene vacunarse, añoran la II República y, para que se les note, atentan contra la Corona y quienes la encarnan. Por la derecha y por la izquierda. Desgraciadamente, entre nosotros no hay, aparte de las meramente formales, muchas diferencias en el fondo y en los contenidos de unos y otros. La condición fratricida suele imperar sobre otras de mayor enjundia y mejores resultados.

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