miércoles, septiembre 26, 2007

Valentin Puig, Microtendencias y lideres de diseño

jueves 27 de septiembre de 2007
Microtendencias y líderes de diseño

VALENTÍ
PUIG
UN gurú político es alguien que prevé como sea los resultados electorales de sus clientes mientras que los politólogos son los que no aciertan en sus previsiones, aunque luego sepan explicar por qué fallaron. Por eso un gurú como Mark Penn -el estratega de Hillary Clinton- es multimillonario y los politólogos tienen que conformarse con estar en la nómina de la enseñanza pública. A Rajoy parece que le sigue asesorando Pedro Arriola, un clásico de las previsiones matizadas, con no pocos enemigos en el PP y un puñado de aciertos en su ejecutoria entre bastidores. En el caso del actual oresidente de Gobierno, ¿fue Zapatero un líder diseñado previamente o un fruto del azar? Escruta continuamente los datos del CIS y le echa una mano su amigo, el sociólogo Torres Mora, diputado por Málaga, hombre atento a las microtendencias y a los nuevos aires ideológicos de la izquierda.
De microtendencias se va a hablar mucho a consecuencia del libro de Mark Penn, estratega de Bill Clinton y ahora de la candidata Hillary. En los noventa el gurú fue John Naisbitt y su evangelio llevaba por título «Megatendencias»: hablaba de economía global, del Pacífico, el individualismo y la era de la biología. Indudablemente, cuando aparezca la traducción de «Microtendencias» habrá tiempo para comparar dos épocas consecutivas y a la vez dispares. El concepto de Mark Penn no es radicalmente original, pero al aplicarlo de la forma más concreta da buenos resultados: se trata de identificar los pequeños grupos sociales que están más directamente vinculados -de forma consciente o no- con los procesos de cambio político. En parte ya lo inventó el republicano Karl Rove cuando cambió el mapa político de Texas y logró la elección de George W. Bush como gobernador. La informática permite cruzar cientos y miles de estadísticas, de encuestas, y descubrir el perfil de las nuevas microtendencias, lo que viene a ser como detectar aquella primera ola que posteriormente resultará ser un «tsunami». Zapatero tiene la capacidad de olfatear esas microtendencias y reaccionar políticamente, hasta el punto de que a veces incluso da bandazos. Las urnas dictaminarán sobre sus porcentajes de aciertos y errores.
El líder del partido liberal demócrata británico, Menzies Campbell, acertaba de pleno en un reciente discurso: «Gordon -Brown, nuevo líder laborista- quiere ser como Maggie -Thatcher-. Pero no quiere ser como Tony -Blair-. Tony también quiso ser como Maggie. Pero Maggie sólo quería ser como Ronnie -Reagan-. Ahora Dave -David Cameron, nuevo líder conservador- quiere ser como Tony. Pero no quiere ser como William, o Iain o Michael -respectivamente, Hague, Duncan Smith y Howard, fugaces líderes «tories»-. Y ciertamente tampoco quiere ser como Maggie». Lógicamente, el liberal demócrata Menzies Campbell acabó diciendo que él no pensaba imitar a nadie. Pudiera suponerse malévolamente que es por eso que pocos dan da un centavo por su futuro político. Aquí algunos comentaristas andan suspirando por una encarnación hispánica de Nicolas Sarkozy. Le están dando cancha a un marketing político ajeno a las microtendencias. El mimetismo suele ser pan para hoy y hambre para mañana. Cada vez que ha aparecido un Kennedy en la política española lo más predecible ha sido su fracaso.
En el pasado, Mark Penn tuvo el acierto de identificar una microtendencia: las mamás en chándal -las «Soccer Moms»- que acompañaban y jaleaban a sus hijos en los partidos escolares iban a votar a Hill Clinton. Y así fue. También ayudó en las campañas electorales de Tony Blair. Dicho de otro modo, las microtendencias son un eufemismo para atinar en la captación segmentaria del voto. Esos grupos varían en la intensidad de sus afirmaciones identitarias, desde los nuevos luditas a los musulmanes moderados. Son tantas las oportunidades de elección -café-café, descafeinado, capuccino, con leche caliente o fría, sin o con azúcar, con sacarina- que las ofertas políticas también tienen que diversificarse pero sin fragmentarse, si es que quieren el poder. En cuestión de días, los medios de comunicación españoles comenzarán a definir y clasificar nuevas microtendencias. Seguro que leer el libro de Mark Penn resulta provechoso, pero hay que tener en cuenta que no habrá papeletas con el nombre de Hillary Clinton en nuestras elecciones generales del 9 de marzo.
vpuig@abc.es

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