lunes, septiembre 03, 2007

Deberes pendientes

Deberes pendientes
03.09.2007 -

Cada ejercicio, el regreso a las aulas viene precedido por un periodo conflictivo para las familias: el de la adquisición de los manuales, el material escolar y el equipamiento necesarios para que los chavales comiencen en condiciones el nuevo curso. Este año, los padres estrenan la Ley del Libro que entró en vigor en junio, con unas primeras consecuencias en forma de liberalización del precio de los textos de Primaria y Secundaria y eliminación de los controvertidos descuentos. Las aparentes ventajas de estas medidas para los consumidores desaparecen en la práctica. Porque, en realidad, la mayoría de los hogares han tenido que dedicar parte del periodo vacacional a comparar folletos y etiquetas en busca de los más competitivos para unas economías considerablemente mermadas por los dispendios del verano. La nueva normativa ha venido a consolidar el predominio de las grandes superficies sobre los establecimientos tradicionales, por las mayores posibilidades de las primeras para estrechar el margen de beneficio de cada producto en favor de una venta masiva; y por la clara inclinación de los compradores hacia centros que, además de manuales, les proporcionan todo tipo de material y complementos para el colegio, despreciando el trato personalizado y el mayor conocimiento del sector editorial que pueden ofrecer las pequeñas librerías.Iniciativas de la Administración autonómica vasca como el préstamo de libros están llamadas a evitar a las familias el sobresalto económico -entre 100 y 240 euros por estudiante de Primaria y Secundaria- y la incomodidad de hacerse con todo lo necesario en un periodo de tiempo siempre corto. Esta fórmula persigue además prolongar la vida útil de textos que, salvo en el caso de los volúmenes de ejercicios, pueden aprovecharse de un año para otro. Pero no parece que estas ventajas vayan a poder disfrutarse por completo en el curso que comienza a partir del viernes. El nuevo sistema debía implantarse para niños de 6 a 8 años, pero padres y profesores coinciden en que la improvisación y el largo verano de por medio han impedido la formación de las comisiones encargadas de gestionar la adquisición de los textos en numerosos centros. La iniciativa tampoco ha tenido demasiado éxito entre las familias que pueden acceder a las ayudas directas que concede la Diputación de Álava. Este confuso panorama en vísperas de que se abran las aulas invita a las autoridades educativas a reflexionar sobre la conveniencia de perfilar adecuadamente medios y plazos antes de implantar medidas positivas que necesitan tiempo para desarrollarse con éxito.

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