lunes, septiembre 03, 2007

Equilibrios en Pakistan

Equilibrios en Pakistán
03.09.2007 -

Los dirigentes fuertes de Pakistán trabajan para encontrar una fórmula de equilibrio que recupere la democracia sin estimular elementos desestabilizadores que llevarían al estratégico país a una crisis que podría extenderse inmediatamente a toda la región. A través de negociaciones ahora conocidas, el presidente-dictador, el general Musharraf, y la jefa del Partido Popular Paquistaní, exiliada tras el golpe militar, Benazir Bhutto, habrían acordado un futuro reparto del poder. El sistema pactado contempla que si la ex mandataria logra el apoyo de las urnas en las elecciones legislativas de enero, volverá a ser primera ministra, y el militar conservará la presidencia de la República como un civil y, por tanto, deberá abandonar la jefatura de las poderosas fuerzas armadas. La transacción y su eventual desenlace confirman que el largo periodo de régimen autoritario de facto, aunque con Parlamento abierto y prensa independiente, toca a su fin. Y corroboran la condición pendular de la política paquistaní; los militares llegan cuando la situación es extrema y se van cuando el anhelo democrático retorna, como parece ser el caso. El arreglo está provocando una ola de críticas hacia Benazir Bhutto, incluso entre sus partidarios, por acceder a legitimar el período de la dictadura de Musharraf, pero la experimentada ex presidenta, sin duda con el aval de Estados Unidos, ha emprendido un camino pragmático considerando que la situación regional, el papel clave de su país en la lucha contra Al-Qaida y los talibanes y la propia situación interior lo hacen inevitable. No es arriesgado anticipar que si el gran y complejo país quedase al albur de una ruptura violenta y una fractura civil podría arrastrar a toda la región a una inestabilidad que operaría como perfecto caldo de cultivo para las intenciones yihadistas del terrorismo islámico internacional.

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