lunes 13 de abril de 2009
Zapatero suspende, Rajoy aprueba
Pablo Sebastián
Caer desde el poder no es fácil, pero si eso ocurre, levantarse y superar la crisis es mucho mas difícil, y en algunos casos, imposible. Vamos a ver si la caída de Zapatero en las elecciones de Galicia fue sólo un traspié o si, por el contrario, hemos asistido al comienzo de un sonado batacazo, que es lo que vienen a insinuar las encuestas que publicaron ayer los diarios El Mundo y Público, asegurando que el PP avantaja al PSOE en más de cuatro puntos porcentuales si se celebraran las elecciones europeas que están previstas para el próximo día 7 de junio. Y estas encuentas, que sin duda son iguales que las que Zapatero tiene en la Moncloa (puede que las suyas sean aún peores), son la causa de la reciente crisis de Gobierno y de la manera atropellada de gestionarla y hacerla pública, emborronando las fotos de Zapatero con Obama, en la creencia de que este lavado de cara del Ejecutivo arreglará sus problemas, aunque se van a equivocar porque el problema es él.
De la misma manera que dichos sondeos electorales, que son propicios para el Partido Popular, deberían impulsar a Rajoy, pero no sólo como una alternativa de poder, sino sobre todo como un líder con autoridad dentro de su propio partido que, en las actuales circunstancias, no se puede permitir el menor error o desavenencia interna. Por ello se espera que, de una vez por todas -y a ser posible antes de las elecciones europeas-, Rajoy ponga orden y concierto en el seno de la Comunidad de Madrid, que es, con Esperanza Aguirre a la cabeza, el cáncer y la casa de los líos del PP. Y que cuenta, además, con un Gobierno marcado por graves escándalos de corrupción y espionaje, amén de ser la base de operaciones de ayuda y financiación de los medios ultramontanos de comunicación que no cesan de atacar al líder del PP.
En cuanto a la crisis del Gobierno, hay que decir, a medida que se van analizando los cambios que se han hecho y los ministros que permanecen, que todo indica que poco ha cambiado, con excepción del vicepresidente Solbes, sustituido por la ministra Salgado. Porque lo demás ya estaba, de algunba manera, presente en el equipo político de Zapatero: Chaves en la presidencia andaluza, donde ha dejado un catastrófico balance económico y social, y José Blanco en la dirección del PSOE, donde dice haber hecho un "máster" en empresas, en el que parece haber obtenido un suspenso, visto el resultado de las recientes elecciones autonómicas de Galicia, que dirigió y casi lideró el propio Blanco, que estaba loco por ser ministro y que parece desarrollar gran actividad política-publicitaria inicial, dándose importancia en un departamento del que no sabe absolutamente nada.
Lo de las ministras Sinde y Jiménez son excentricidades de Zapatero, al estilo de las Aído y Chacón. En suma, el Gobierno no aporta nada nuevo ni esperanzador, aunque habrá que darle una oportunidad, especialmente a la vicepresidenta Salgado, sobre la que existen muchas dudas en relación a sus conocimientos y capacidad para afrontar la crisis económica. Pero puede que incluso con un verdadero cambio de Gobierno, y unos ministros más capaces y brillantes de los que existen, el PSOE no habría levantado el vuelo porque el problema, dicho está, es Zapatero.
Y es esa estrella de papel de plata, hoy mojada, la que ha dejado de brillar, porque sus graves errores y sus muchas mentiras parecen haber llegado al final de la escapada, una vez que el discurso ideológico de los pobres y de la izquierda se ha estrellado contra la dura realidad del paro que no cesa y contra la sonrisa de un presidente que dijo que no había crisis económica para ganar las elecciones y, por tanto, mintió a los españoles. Y esto lo han empezado a castigar en Galicia y puede que vuelvan a hacerlo, y con más dureza, en las elecciones europeas, que llegarán cuando el Gobierno cumpla cien días, como unos auténticos exámenes de junio, porque así se van a valorar.
http://www.estrelladigital.es/ED/diario/119298.asp
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