martes 28 de abril de 2009
Mentiras, y muy gordas
Alfredo Casquero (Elsemanaldigital.com)
E L desplome de la economía española, y el aumento del paro hasta las mayores cotas conocidas en la democracia, han colocado al presidente en su momento más crítico.
Aunque a cualquier cosa le llaman cine, pediré prestado a la nueva ministra de Cultura (por decir algo), el título del último bodrio del firmamento cejil español. Y que por respeto al Cine con mayúsculas, no llamaré película. Casi un alegato de una determinada forma de gobernar, la basura en cuestión, define con precisión muchos de los ministros de Zapatero. Empezando por él, mentiras, y muy gordas, son las que repite constantemente acerca de la brutal crisis que azota España, y de sus inhumanas consecuencias sobre el empleo.
Comparado con José María Aznar, y sus "armas" para perder elecciones de forma masiva, este engaño supera el cuento iraquí para niños narrado en una noche de juerga. Se empeña el Presidente, y con él, las vices, en tomar como tontos a los españoles. Dejando a un lado la escasa decencia democrática de Fernández de la Vega, por valerse, continuamente, del Consejo de Ministros para repartir "eeee" "eeee" estopa a los populares, no se había producido en todo el tiempo transcurrido de esta pseudodemocracia un engaño tan sostenido en el tiempo, mantenido por tantos ministros, y que produzca tanto perjuicio para la nación española.
Hace pocos días, el ministro Corbacho declaraba que no superaríamos lo cuatro millones. El viernes, la vice Salgado, se pronuncia entre cabizbaja y "cabizalta" -como destacó El Semanal Digital- sobre una inminente mejora de las cifras. Ganar tiempo con las mentiras, y muy gordas, de tan poco recorrido, ha dejado de tener efecto en el potencial votante. Ya no cuela. Son demasiadas, y tan gordas las mentiras, que el lobo por fin ha hecho su aparición, y comienza a repartir dentelladas, a eliminar puestos de trabajo, a hundir familias, y a provocar una desazón vital en mucha gente, en tanta, como las mentiras esparcidas a diestro y siniestro.
La responsabilidad del Gobierno socialista es enorme. A ninguna persona con mediano juicio, y mediana inteligencia, se le ocurre en su economía doméstica tomar las medidas que este gobierno del paro toma para cautivar el voto, silenciar a los sindicatos verticales, y tapar sus errores. A nadie con interés real en resolver la crisis se le ocurriría desoír las voces autorizadas que, por conocimiento y prestigio, reclaman cambiar al cien por cien las medidas desarrolladas hasta la fecha.
Sólo un insconsciente, un irresponsable, alguien excesivamente pagado de sí mismo, es capaz de creerse que la crisis se arregla cuando Obama quiera, o que una sonrisa en un mitin, o un gesto de falaz disgusto y preocupación, es suficiente solución para que los cuatro millones diez mil setecientos ciudadanos que no tienen trabajo ya, respiren tranquilos. Hay una solución eficaz para lograr el objetivo electoral del pleno empleo prometido por el presidente.
Y es que se vaya con la ministra de Cultura (por decir algo), los tres vicepresidentes y los trece ministros restantes a tomar medidas, muy lejos, del diámetro alucinante del agujero negro más distanciado, y que allí, con la diversión de la cuchipandi, permanezcan un mínimo de cuatro años, los necesarios para resolver una crisis que fue internacional, pero que por sus mentiras, ineficacia, y sentido utilitarista de la política han agravado peligrosamente. Y allí, que escriban más guiones para las nuevas películas que nos quieran contar. Aunque nadie las vea.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp
martes, abril 28, 2009
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