lunes, abril 20, 2009

Obama tiende un puente con Cuba

lunes 20 de abril de 2009
Obama tiende un puente con Cuba

Rafael González Rojas (Elsemanaldigital.com)

S I Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma. Eso es lo que, con toda seguridad, ha debido decirse Barack Obama en su gesto de suavizar las medidas que, desde hace medio siglo, venían dificultando las relaciones de los cubanos que habitan en la isla con los que residen en el exilio; principalmente en los Estados Unidos. Un excelente gesto del presidente norteamericano que, en principio, hay que aplaudir. Tender puentes de comunicación, en vez de destruirlos, es lo que siempre se ha pedido en las relaciones internacionales; y que dé muestras de generosidad quien más tiene, que es quien tiene más que dar. Así, pues, si Raúl Castro no se atreve a romper con el empecinamiento de su hermano Fidel, rompamos nosotros –habrá dicho Obama- con nuestro empecinamiento. A lo mejor funciona el invento.

Porque de un invento se trata. En política internacional, nunca nadie da nada a cambio de nada. Dar por dar, a priori, y a lo mejor es bueno, nunca se ha dado. Obama, un hombre listo como sin duda es, lo sabe. Pero también debe saber que hacer el bien sin mirar a quien es una práctica que, a la larga, siempre ha generado excelentes rendimientos. Aunque sea solo por el gesto y por la imagen. ¡Cómo no va a resultarle rentable a la Administración norteamericana anunciar, en vísperas de la cumbre de las Américas, que ha decidido romper con la dura política de aislamiento que venía manteniendo con Cuba un ceporro como George Bush! Sólo por eso, la decisión de Obama le tiene que resultar beneficiosa a los norteamericanos.

Obama, naturalmente, se arriesga en su apuesta; pero ¿a quién no satisface pensar que, en adelante, los cubanos que residen en Estados Unidos podrán viajar a Cuba cuantas veces lo deseen? Y que podrán enviar dinero a sus familiares, que sufren el rigor de una economía de miseria; pagarles las facturas de sus móviles, enviarles aparatos electrónicos, especialmente de radio, para que puedan estar informados de lo que ocurre en el resto del mundo y en la misma Cuba aislada. La verdad de lo que ocurre en otras partes que no sea Cuba les hará libre, cómo no.

El puente tendido por Obama de levantar las restricciones sitúa a los cubanos en una interesante encrucijada que, por compleja, sería erróneo analizarla solo desde un punto de vista emotivo. El análisis político no debe perderse de vista, porque si es un gesto humanitario tratar de mejorar las condiciones de vida de los cubanos, tampoco puede caerse en la ingenuidad de avalar al régimen castrista para que, con la generosidad ajena, siga medrando unos cuantos años más.

Por eso no son pocos los que se muestran escépticos respecto a los resultados. Fidel Castro ha repetido hasta la saciedad que el régimen cubano nunca cambiará. Y utilizará la nueva coyuntura y los beneficios que de ella se deriven en su propio provecho. No habrá reformas fundamentales, porque es bien sabido que esos regímenes, en cuanto introduce cambios, se derrumban. O sea, que lo único que puede esperarse de la nueva coyuntura con Cuba es que prolongue su agonía.

Por eso, ya lo veremos, volverán a insistir los exégetas de las excelencias del régimen castristas que el embargo ha sido la causa de la penosa situación que vive Cuba. Pero hasta las piedras saben que eso es rotundamente falso. Por mi parte, no voy a incurrir en la ingenuidad de esperar a que, después de un gesto generoso por parte de Estados Unidos, iba a venir una respuesta adecuada por parte de Castro. No; será el tiempo quien diga si la estrategia de Obama ofrece resultados positivos. Tales resultados se harán efectivos cuando el tirano muera, que ya no puede tardar. Mientras tanto, el nuevo régimen de intercambios puede despertar las esperanzas de un pueblo que lleva demasiados años oprimido.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=1988

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