Pablo Sebastian, Aguirre, la liebre de Zapatero

miercoles 15 de abril de 2009
Aguirre, la liebre de Zapatero

Pablo Sebastián

Mientras Mariano Rajoy criticaba el nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se volcaba en elogios del ministro de Fomento, José Blanco, porque la ha citado para una reunión con el objetivo de hablar sobre las infraestructuras madrileñas que, según la madrileña, se han visto paralizadas y discriminadas durante años por culpa de los distintos gobiernos de Zapatero y desde que Magdalena Álvarez -ahora camino de las elecciones europeas- asumió ese Ministerio, lo que es verdad.

Pero la invitación de Blanco no es inocente ni mucho menos, porque está claro que el Gobierno de Zapatero pretende que Aguirre reabra las heridas en el seno del PP, dañe las expectativas populares en las elecciones europeas y haga de liebre en la ambiciosa carerera de Cataluña por recibir más dinero en infraestructuras, traspasos de competencias y en la financiación autonómica, rompiendo de paso la unidad política del PP. Porque sabido es que Aguirre va por libre y Zapatero sabe que con unos cuantos regalos a la Comunidad Madrid le creará problemas a Rajoy y ello le permitirá volcar el cuerno de la abundancia sobre Cataluña, donde el Gobierno tripartito de José Montilla no para de amenazarle si la Moncloa no paga la factura de sus exigencias antes de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el Estatuto catalán.

De manera que primero será Blanco el que rompa el hielo con Aguirre y más adelante será el vicepresidente Chaves si le ofrece a la madrileña nuevos regalos y tentaciones en el campo de la financiación autonómica para doblar el brazo de Rajoy, y del resto de los barones del PP que están al frente de gobiernos autonómicos, con lo que el recurso de inconstitucionalidad que el PP presentó ante el Tribunal Constitucional quedará superado por la vía de los hechos consumados. Y con ello se avanzará en la reforma encubierta de la Constitución, por vía de los Estatutos de Autonomía, lo que ha sido uno de los objetivos constantes de Zapatero desde su llegada al poder, empeñado en conseguir su "España plural", o confederal, como sea y al precio que sea.

No es la primera vez que Aguirre va por libre en sus relaciones con el PSOE. Ya en la ronda de encuentros que Zapatero abrió en la Moncloa con motivo de su pretendida reforma de la financiación de las Autonomías, la presidenta madrileña se declaró encantada con las promesas de Zapatero mientras en la presidencia del PP Rajoy advertía de los peligros e inoportunidad de estas reformas -también criticadas por Felipe González, diciendo que la prioridad ahora es la crisis económica-, con lo que una vez más Aguirre y la jefatura del PP volvían a chocar.

Y lo mismo ocurre con la batalla de Caja Madrid, donde Aguirre pretende un pacto con el PSOE madrileño que lidera el diletante Tomás Gómez contra las posiciones de su compañero de partido, Alberto Ruiz-Gallardón, y puede que también contra la dirección nacional, que a media voz dice estar al lado del alcalde en esta disputa. Si añadimos los líos del espionaje y la corrupción de la Comunidad madrileña y la abusiva ingerencia de Aguirre en el campo mediático, favoreciendo a los medios ultraconservadores que atacan a Rajoy, veremos que las carantoñas que ahora le hace Aguirre al ministro Blanco no sólo son producto de los regalos que ella piensa recibir del departamento de Fomento, sino que además Aguirre sabe que ello alimenta su desesperada batalla interna en el seno del PP.

Algo que saben bien en el palacio de la Moncloa, donde consideran que la deslealtad de Aguirre para con su partido les permitirá una carambola a tres bandas: abriendo heridas en el PP, mejorando las difíciles posiciones del PSOE ante las elecciones europeas y facilitando el camino para entregar al Gobierno tripartito catalán lo que exigen en financiación, infraestructuras y competencias, que es mucho y un grave problema para la estabilidad del Gobierno de Zapatero en el Parlamento español.

http://www.estrelladigital.es/ED/diario/120232.asp