Sueño de un antinorteamericano
JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Lunes, 13-04-09
ESO de que no se hayan tomado las vacaciones de Semana Santa, de que se hayan puesto a trabajar nada más tomar posesión, de que intenten atajar la crisis y disminuir el paro está muy bien. Pero ¿qué van a hacer cuando la crisis continúe? Pues nadie en su sano juicio imagina que acabará pronto, cuando países más ricos y mejor preparados que el nuestro no lo predicen. ¿Por qué creen ustedes que ha dimitido el secretario de Estado de Economía? Nadie mejor que él sabe que nos esperan más parados, no menos. ¿Qué harán entonces?
Porque ya no pueden echar la culpa a los norteamericanos, después de haber llamado Obama «amigo» a Zapatero. Ni al PP, por demasiado visto. Ni a los empresarios, que necesitan ayuda, no reproches, para no hundirse. Ni, desde luego, a los trabajadores, que si se cabrean pueden dar al traste en un santiamén con todo. Sí, ¿qué van a hacer cuando los planes del tan activo nuevo gobierno no den el resultado apetecido? Porque son típicos planes de Zapatero: improvisados y copiados, concretamente, de los de Obama, sin tener al país que Obama tiene detrás: mucha inversión pública, mucho gasto, mucho endeudamiento, para poner en marcha la locomotora económica. Los tres maquinistas, Salgado, Blanco y Jiménez, con Chaves como revisor, ya se han puesto a la faena con la aplicación, despliegue televisivo y optimismo antropológico que su jefe exuda. ¿Qué van a hacer cuando en el sector privado se destruyan más empleos de los que crea el público?
Porque con sólo inversión pública, esta crisis no se arregla, como otras anteriores de menor calado. Aparte de su característica global, esta crisis es también estructural, y nuestras estructuras económicas están totalmente desfasadas, sin que nadie se ocupe de ellas. Esta crisis necesita, más que dinero, una nueva actitud por parte de todas las fuerzas vivas del país, desde el gobierno a los ciudadanos. Requiere un nuevo pacto social para aumentar la productividad y competitividad, nuestros puntos flacos. Requiere, sobre todo, sacrificios, sin los que será imposible alcanzar ese pacto, renovar las estructuras y superar el desafío. Pero repasen ustedes las declaraciones del presidente y de sus nuevos ministros, y no encontrarán una sola vez la palabra «sacrificio». Zapatero y sus clones creen que con echar miles de millones a la crisis, la solucionarán. La labor pedagógica que requiere tal mentalización la olvidan, no sabemos si por no verla o por encontrarla demasiado fatigosa. Al revés, cuanto dicen y hacen tiende a dar la impresión de que la solución está a la vuelta de la esquina. ¿Qué van a hacer cuando doblemos la esquina, y la solución siga sin aparecer? ¿Echarle más miles de millones? ¿Y cuando no haya más millones? ¿Empeñarnos aún más? ¿Y cuando ya no nos fíen? Bueno, siempre podrá hacerse otra crisis de gobierno. Y otra. Y otra. Hasta que llegue Obama con su caballería a salvarnos, como en las películas del Oeste. Título de ésta: «El sueño de un antinorteamericano».
http://www.abc.es/20090413/opinion-firmas/sueno-antinorteamericano-20090413.html
lunes, abril 13, 2009
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